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Un chico dijo que su profesor le enviaba videos pornográficos

Eso contó la víctima. Este miércoles, el imputado no declaró en la indagatoria y pidió una prórroga de la detención. 

Por redacción
| 15 de agosto de 2019
"El profe Leo". Policías de Investigaciones lo detuvieron cerca de su casa, en el pasaje Villa Salles. Foto: Policía de San Luis.

La denuncia, que fue anónima y hecha al correo electrónico de la Secretaría de Violencia del Poder Judicial, daba, a través de las respuestas a un formulario, información precisa y suficiente para empezar a tirar del hilo. Refería que dos alumnos del Centro de Día “La Esperanza” que son hermanos habían sido abusados por el docente Leopoldo Alejandro Álvarez, que por ese entonces era parte de la institución que asiste a chicos con capacidades diferentes. Según la presentación, esto trascendió en el Centro cuando uno de los chicos le mostró a otro empleado un video pornográfico que “el profe Leo” le había mandado a su WhatsApp. 

 

Este miércoles al mediodía, el maestro en cuestión, que actualmente no trabajaba en el Centro, fue indagado por la jueza Penal 3, Virginia Palacios, por “Abuso sexual simple agravado por ser encargado de la educación, en concurso con corrupción de menores agravada”. La primera figura es por la sospecha de que manoseó a por lo menos un chico; la segunda, por la realización de conductas tendientes a desviar el normal desarrollo sexual de un menor, que en este caso se habrían consumado compartiendo material pornográfico e imágenes de sus partes íntimas.  

 

La imputación es por los hechos que, según presumen, fueron vividos por uno de los hermanos. Pero del relato del propio joven surge que otros compañeros de él pasaron por situaciones similares. Álvarez, de 41 años, se abstuvo ayer de declarar y solicitó la prórroga de la detención de ocho días, informó una fuente del juzgado. 

 

Recibida la denuncia, la investigación avanzó por dos caminos. Por un lado, establecer si efectivamente un maestro con ese nombre trabajaba en la referida institución. A partir de la nómina del personal, pudieron constatar que Álvarez efectivamente era orientador en el Centro. 

 

Por otro lado, también hubo que hacer averiguaciones para determinar dónde vivían los hermanos y para ubicarlos. Lograron dar con la mamá, que fue citada al Juzgado Penal 3, y fue con sus dos hijos. Ambos tienen retraso mental moderado, según las constancias incorporadas al expediente. 

 

Una fuente de la causa contó que los chicos negaron inicialmente haber sido abusados. Posiblemente porque no es fácil para las víctimas tener que contar situaciones tan íntimas, que usualmente generan vergüenza. Se fueron del juzgado, pero uno resolvió volver y narró los episodios que había vivido con el docente acusado. 

 

Dijo que en una oportunidad, cuando estaba en el baño lavándose los dientes, “el profe Leo” lo tocó y le pegó en la cola. El muchacho se enojó y le pidió que cortara con esa acción. “Me da miedo su cara. Se ve raro él –en referencia al maestro–, y no quiero ir más al centro”, expresó el chico. 

 

Pero además, según manifestó el muchacho, el profesor le mandaba “videos con cochinadas” al celular, que él borraba, para que la madre no los viera y lo retara. El chico dijo que “el profe Leo” también le tocaba la cola a otro compañero y que le mandaba videos a otro. “Quiero que se investigue todo esto, porque tengo amigos en silla de ruedas o que no pueden hablar y tengo miedo que les esté pasando algo malo a ellos. Yo siempre cuidaba que no les pasara nada”, refirió el chico. 

 

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