Leopoldo Álvarez está imputado por dos delitos. La víctima asistía al Centro de Día "La Esperanza".
"Lo envié por error”, se excusó el docente Leopoldo Alejandro Álvarez cuando la directora del Centro de Día “La Esperanza” le cuestionó que le hubiera mandado un video pornográfico a un alumno, por WhatsApp. Pero ese mensaje no fue un hecho aislado e inocente, según entendió la jueza Penal 3 de San Luis, Virginia Palacios. Mediante una investigación que comenzó el año pasado determinó que el profesor, que cumplía el rol de orientador en la institución, habría manoseado al menos a uno de los jóvenes con capacidades diferentes que asisten allí. Con las pruebas que reunió a lo largo de meses de pesquisa lo procesó por dos delitos, “abuso sexual simple agravado por ser encargado de la educación, en concurso con corrupción de menores agravada”.
La magistrado dispuso la prisión preventiva de Álvarez, con lo cual, salvo que mediara una circunstancia especial por la que le concedan la excarcelación, el imputado va a permanecer privado de la libertad hasta que lo juzguen. Ya fue alojado en el Complejo Penitenciario Uno, de la capital.
La directora de “La Esperanza” declaró que era difícil que ocurriera un abuso dentro del centro, porque hay cámaras en todas las instalaciones. Los chicos, dijo, van solos al baño. Un docente los acompaña hasta la puerta, que queda abierta, y los espera afuera.
Sin embargo, el joven abusado dijo que una vez él estaba en el baño cepillándose los dientes y “el profe Leo” lo tocó y le pegó en la cola. Incluso contó que el docente le infundía temor: “Me da miedo su cara. Se ve raro él, y no quiero ir más al centro”, expresó.
También aportó otro dato revelador de que aquel envío de un video pornográfico, que el acusado adjudicó a un error involuntario, no fue tal. El chico dijo que Álvarez le mandaba “videos con cochinadas” al celular y él los borraba, para que su mamá no lo retara si los veía. Y que “el profe Leo” también le tocaba la cola a un compañero y le mandaba videos a otro.
Por orden de la jueza Palacios, policías de Investigaciones allanaron la casa del profesor en el pasaje Villa Salles y secuestraron seis celulares, cinco pendrive, una tablet, una cámara fotográfica, una classmate, una netbook, una notebook, una computadora de escritorio y un libro de educación sexual.
En uno de los teléfonos hallaron una selfie que se había tomado desnudo y la había enviado a través de WhatsApp. Los peritos no pudieron localizar al destinatario.
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