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"Cuatro para una Armónica" fueron un éxito musical en la década del '60

Ganaron el concurso "La Canción de los Barrios Puntanos" en 1964. Fue la primera vez que un cuarteto integrando solo por mujeres tuvo tanto éxito. San Luis las aplaudió en bailes populares, benéficos y en escuelas. Además, tuvieron otra formación musical que se llamó "Las Panteras del Ritmo".

Por redacción
| 31 de agosto de 2019
2019. Norma Torres y Teresa Monsalva recordando los años de éxitos del grupo musical. "Con más experiencia, formamos 'Las Panteras del Ritmo'". Fotos: Gentileza.

Las hermanas Fanny y Teresa Monsalva, junto a dos amigas —Marta Rosales y "Margot" Estancih—, formaron el primer grupo musical sanluiseño cuyas integrantes eran todas mujeres. Se llamaron "Cuatro para una Armónica" y alcanzaron su mayor esplendor cuando ganaron el concurso "La Canción de los Barrios Ppuntanos", que organizaba  la única radio de San Luis: LV13.

 

Al programa lo conducían Julio Luis Gatto y Eduardo Di Sisto, y hacía una vez por semana en el desaparecido cine Ópera. Asimismo, en la locución también intervenían Ricardo Cruz, Patricia Funes y Aldo Federico. 

 

Teresa oficiaba de directora del grupo, era la única que tocaba la armónica y, además, se había inscripto en Sadaic. Fanny tocaba la guitarra, Marta Rosales las maracas, mientras que las tumbadoras estaban a cargo de Margarita ("Margot") Estancih.

 

El premio radial les abrió las puertas a la fama provincial; así, comenzaron a tocar en distintos bailes populares como "El Príncipe", ubicado en avenida Sarmiento y Carlos Pellegrini; en escuelas y localidades del interior provincial. 

 

También volvieron en varias oportunidades a la radio LV13 e incursionaron con su música en distintos escenarios de la provincia de Mendoza.

 

 

En acción. Fanny Monsalva (guitarra), "Margot" Estancih (maracas) y Teresa Monsalva (armónica) en un baile escolar.

 

 

Hoy Teresa cuenta la historia de ese grupo musical que se lo conoció por la particularidad de su nombre: "Cuatro para una Armónica", y porque las cuatro eran mujeres.

 

Ella era la única de la familia que tocaba ese instrumento, le había enseñado su padre don Carlos Alfredo Monsalva, al cual, las otras tres chicas acompañaban. 

 

"Mis padres confiaban mucho en mí, vieron que tenía condiciones para aprender a tocar la armónica y armé el grupo en torno a lo que yo sabía, ese fue el origen del nombre", manifiesta.

 

"Mi madre Fanny Bastias hizo más fuerza que nadie para que eso ocurriera; comenzamos a ensayar muchas horas por día. Ella decía que veía en nosotras cualidades para la música y el canto, era una mujer que tomaba decisiones con rapidez. Y así fue, en poco tiempo armamos el grupo y, un par de meses después, ganamos el concurso musical de San Luis".

 

"El primer premio de música variada fue para nosotras con el tema 'El Loro Pedro', representando al Barrio Del Oeste, hoy, La Merced. En el otro rubro, ganó José Gatica del barrio de la Julio A. Roca, no lo podíamos creer, fue algo maravilloso".

 

Teresa, quien es acompañada por Norma Torres (la vestuarista y encargada del maquillaje y peinado de las artistas), cuenta que empezaron a tocar cuando tenían 13 y 14 años y el padre les fue inculcando de a poco la música . "En nuestra familia nunca nadie fue músico de profesión, todos aprendimos de oído, como se dice vulgarmente".

 

A su vez, relata que al poco tiempo, en la década del '60, con paciencia ganaron un lugar en el ambiente musical sanluiseño, que perduró por muchos años. No obstante, por distintos factores, fue cambiando el originario nombre.

 

Las hermanas Monsalva —sin querer— habían dado el primer paso en relación a la situación que en el país vivían las mujeres arriba del escenario. Hoy sería muy distinto debido al cambio generacional, pero fueron un grupo de jóvenes mujeres que marcó un antes y un después en cuanto al rol femenino en el ambiente musical. 

 

 

Inolvidable. "La agrupación nació porque mi madre nos impulsó. Y mi padre fue quien me enseñó a tocar la armónica", memoriza Teresa.

 

 

Teresa señala que se fueron dando las cosas a través de la amistad, pero doña Monsalva vio cualidades distintas en cada una de ellas y, en base a sus conocimientos, armaron el grupo que no tardó en hacerse conocido.

 

"Nosotras vivíamos en Balcarce 1998, pasando avenida Lafinur, y hasta allá iban nuestras amigas a ensayar. Cada día que pasaba nos dábamos cuenta de que podíamos armar un grupo y así fue, nos presentamos directamente en un concurso que se hacía en el cine Ópera, auspiciado por la radio LV13 de San Luis". 

 

"Éramos 22 grupos musicales de barrios de San Luis, y una vez por semana competíamos. "Fue en 1964 —yo tenía 14 años— cuando nos adjudicamos el primer premio del concurso 'La Canción de los Barrios Puntanos' en el rubro música genérica con el tema 'El Loro Pedro', una vieja canción de aquella época. También hacíamos temas de Los Beatles, del Cuarteto Imperial, cumbias y de Los Iracundos, entre otros", comenta. 

 

"Eran otros tiempos, muy lindos porque la competencia era sana y sin envidia, nos ayudábamos entre nosotras. Norma cuidaba hasta el último detalle, principalmente nuestro comportamiento y la ropa que usábamos, que era una camisa celeste con corbatín y un pantalón negro largo, cruzado con breteles anchos, y botitas cortas".

 

En la actualidad, Norma y Teresa cuentan que tenían muchos admiradores y seguidores; y los más osados les enviaban flores al camarín o al escenario. "Nunca nos faltó apoyo del público. Nos sabíamos dar el lugar que correspondía, además, siempre estábamos acompañadas de nuestro padre que era una persona muy recta o de algún familiar", señala Norma.

 

"Por años estuvimos tocando y cantando en distintos escenarios de San Luis, hasta fuimos a Mendoza, siempre estábamos en actividad, era un furor", continúa. Ese furor se manifestó a lo largo de toda la existencia del grupo y se rompió por causas naturales. 

 

Teresa, por su parte, rememora: "Mis compañeras querían terminar sus estudios y el grupo se disolvió luego de actuar en la Penitenciaría provincial, en localidades del interior y en provincias vecinas".

 

"Solo quedamos mi hermana Fanny y yo, pero no tardamos en reagruparnos. Nosotras queríamos seguir tocando y cantando, no queríamos perder lo que habíamos logrado con tanto sacrificio: el reconocimiento del público que nos acompañaba mucho." 

 

"Pasamos a llamarnos 'Las Pantereas del Ritmo' y hubo tres formaciones distintas. En la primera, se sumó Santos Olguín en guitarra y Mario Miranda en percusión, hacíamos cumbias. Cambiamos el estilo y el vestuario. Yo, como directora del grupo, utilizaba un enterito verde oscuro, y mis compañeras uno similar pero más claro; los varones iban de elegante sport".

 

"Fue una formación que tuvo mucha repercusión, no solo en San Luis donde tocábamos en distintos locales bailables como 'El Príncipe', en las escuelas rurales donde se hacían  bailes benéficos y en distintos escenarios cuyanos".

 

La segunda formación de 'Las Panteras' estuvo integrada por "Pepe" Camargo en bajo, Miguel Reinoso en guitarra y las hermanas Monsalva. Cambiaron los músicos pero no el estilo.

 

Esa agrupación musical llegó hasta fines de 1972, cuando se distanciaron por distintos motivos. "Nos separamos musicalmente, pero siempre estuvimos cerca el uno del otro. Para nosotras también fue una época maravillosa", puntualiza.

 

Al tercer peldaño de la escalera de "Las Panteras", las Monsalva  sumaron a su hermano "Cacho", que con solo 14 años se hizo cargo de la batería del grupo para seguir tocando en bailes barriales, fiestas familiares o escolares hasta la total disolución del conjunto. 

 

 

¡Música maestro! Las músicas Fanny Monsalva, Marta Rosales, Teresa Monsalva y Perla Mendoza, junto a Amanda Yamecio, la reina del concurso que LV13 promocionaba. 

 

 

Uno de los motivos fue que "Cacho" había comenzado a incursionar en el folclore, quien después sería integrante de "Las Voces de la Oración"). 

 

"Ese fue el final; pese a que seguíamos haciendo bailes en escuelas del interior y en la ciudad de San Luis, entendíamos que el final estaba cerca, porque nos sentíamos grandes para esta profesión que requiere mucho tiempo de ensayo, sacrificios, viajes, largas noches, etc.". 

 

Tal vez, el final no era esperado por las chicas, que marcaron un antes y un después en la historia de la mujer sanluiseña en los escenarios y ambientes musicales.

 

El pequeño salto a la fama provincial que les había dado un concurso radial había llegado a su fin. Fueron unas adelantadas e ídolas cuyanas, y aún hoy se las recuerdas.

 

"Fue una época maravillosa para nosotras, nunca esperamos llegar tan lejos, ser tan queridas y respetadas en un ambiente difícil, que por aquellos años solo estaba reservado a los hombres. Impusimos nuestra música y nuestro estilo porque nos supimos hacer valer como mujeres y como músicas que éramos", concluye Teresa Monsalva, la mujer de la armónica.

 

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