Era la primera vez que el soldado baleado practicaba con un arma

Hacía apenas tres semanas que José Javier Bechis madrugaba, se calzaba el uniforme de soldado y se tomaba el colectivo para ir de su casa, en la zona oeste de San Luis Capital, al Grupo de Artillería 7. Y este lunes tuvo su primer ejercicio de tiro, en el campo de instrucción que el Ejército Argentino tiene en Salinas del Bebedero. Usualmente regresaba entre las 15:30 y las 16. Pero antes de esa hora, dos uniformados fueron a su domicilio y le dijeron a su madre que el joven de 19 años había muerto producto de un disparo accidental. Las autoridades militares y la Justicia Federal manejan la investigación con total hermetismo y hasta ayer aseguraban que el autor del disparo ni siquiera estaba identificado.

“A mi hijo le gustaba lo que hacía. Averiguó cuándo eran las inscripciones y se anotó.  Iba de lunes a viernes. Se levantaba a las cinco de la mañana, porque entraba a las seis, seis y media. Cuando volvía, venía bien. Estaba contento con la decisión que había tomado”, le contó a El Diario Gabriela Flores, la mamá de José.

El soldado muerto era el mayor de los tres hijos de Gabriela, con quien vivía en Buenos Aires 2477.

En una escueta gacetilla de prensa difundida anoche, el Ejército Argentino (EA) indicó que “el hecho fue provocado por disparo de arma de fuego en forma accidental, en circunstancias que se investigan, mientras se desarrollaban actividades de práctica de tiro en el Campo de Instrucción Salinas del Bebedero”. No dio detalles acerca de a quién le atribuyen el balazo, qué tipo de proyectil lo ultimó ni de qué tipo de arma salió, aunque Mario López, tío político de José, mencionó que por lo que le comentaron podría ser un fusil Fal.

La última información a la que este medio tuvo acceso este lunes es que el cuerpo de Bachis iba a ser cometido a una autopsia en la morgue judicial ya que la Justicia Federal no cuenta con instalaciones ni peritos en la provincia para realizar ese tipo de pericias.

El caso encuadra, preliminarmente, en un homicidio, pero lo que hay que determinar es si hubo dolo –es decir, una intención de matar, directa o eventual– o si hubo imprudencia, negligencia o impericia en la práctica militar, explicó ayer el fiscal federal Cristian Rachid.

“Como estamos en el comienzo, nada se puede descartar, ni siquiera una intervención, culpa o injerencia de la propia víctima, que sería el caso de alguien a quien se le escapa un disparo. Pero nada de eso ni siquiera está mencionado como hipótesis”, dijo.