Procesaron al adolescente que asesinó a un anciano en un asalto

El hecho de haber sido sorprendido en un taxi, transportando cosas que habían sido robadas de una casa del barrio San Martín de San Luis selló la suerte del adolescente sospechoso de haber matado a un anciano apuñalándolo durante ese asalto hace una semana. Fue un indicio más que los investigadores tuvieron de que era autor del crimen. Por ello, la jueza de Niñez y Adolescencia Daniela Benenatti lo procesó y dispuso que continúe alojado en la Comisaría de Atención a la Niñez, Adolescencia y Familia (Canaf) de San Luis.

Al tener más de 16 años es imputable. Fue procesado por “Homicidio en ocasión de robo”, un delito que, por su naturaleza misma, es en suma grave. Pero implica además, un hito en la historia vital del joven, dado que carga, a su corta edad, con una acusación de ese tenor. Una fuente de la causa contó que cumplió años el pasado 16 de febrero.

En la resolución, además, la magistrada dispuso que, mientras permanezca en la Canaf —en lo que podría ser un alojamiento provisorio, en caso de que se ordene su traslado a otro lugar, tal como ha sucedido en otras causas penales en las que han estado involucrados menores— se deberán arbitrar los medios para que tenga alimentos y atención psicológica. También indicó que deberán cuidar todas las medidas de higiene y salubridad necesarias y permitir que reciba la visita de parientes. La resolución de la jueza Benenatti también refiere que deberán enviarle informes cada cinco días, se estima que para saber cómo sobrelleva el encierro.

Una fuente confió que hace unos 3 años, los policías de la entonces Comisaría del Menor empezaron a tomar intervención ante situaciones protagonizadas por este adolescente. Con el devenir, estas fueron dando evidencia de una profunda falta de límites y de contención, que lo llevaron a delinquir. Los hechos más recientes en los que estuvo implicado han sido delitos contra la propiedad y solía usar armas cortantes o de fuego, dijo.

El joven sufriría, además, adicción a las drogas. Inclusive un familiar de él habría pedido a la Justicia de Menores que adoptara medidas al respecto, para que recibiera tratamiento. Según la fuente, en el segundo semestre del año pasado, una jueza dispuso su traslado a un centro de rehabilitación ubicado en el partido bonaerense de Ituzaingó. Contó que permaneció allí menos de un mes: antes de que iniciara septiembre se escapó y regresó a San Luis. Eso significó también su vuelta a las andadas aquí.

Un intruso en la casa

Hace siete días, la Policía intervino ante el aviso de que en una casa ubicada en Paraguay y Gobernador Ortiz Estrada, en el tradicional barrio de la zona oeste, hubo un robo. Allí vivía junto a su esposa José Garro, el hombre que fue asesinado. Tenía 70 años.

Ambos fueron víctimas del asaltante que entró en la propiedad cerca de las 6 de la madrugada: la señora también quedó con algunos hematomas en los brazos y cortes en los dedos, producto de su intento por protegerse en la lucha que hubo con el delincuente. Según los investigadores, habría actuado sin cómplices. Suponen también que ingresó a sabiendas que de allí residía un matrimonio mayor y que los ancianos estaban solos.

Desafortunadamente, en esa puja, José sufrió varias lesiones, algunas de defensa. La herida más grave, que le costó la vida, fue una puñalada muy profunda, de 16 centímetros, en la tetilla izquierda, que le perforó la aorta torácica, según lo que quedó consignado en el informe de la autopsia ordenada por el juez Ariel Parrillis. Él inició la investigación y dispuso varias las medidas que condujeron a los efectivos del Departamento Homicidios detener, ese mismo día a la siesta, al adolescente sospechoso.

Cuando tuvo acreditada la edad del sindicado, el juez Parrillis se declaró incompetente —ya que por ley no puede intervenir en causas penales en las que se investiga a menores— y tomó el caso la jueza Benenatti.

Fue la esposa de José quien pudo dar algunas referencias de cómo lucía el asaltante, cómo era su fisonomía. Si bien su familia tendría domicilio en el predio Cazorla —situado atrás del barrio Santa Rita—, el sospechoso conoce bien el barrio San Martín, dado que tiene un familiar que reside allí y también conocidos o “juntas”, explicó otra fuente. Por ello, asociaron las referencias físicas dadas por la pareja de José con el joven  ahora procesado, ya que suele andar en la zona.

Para ver si esa línea investigativa tenía algún asidero, en las horas siguientes, el personal de Homicidios se dedicó a tratar de dar con el paradero del adolescente. Lo ubicaron a bordo de un taxi en la calle Libertad pasando Santa Rosa, en la zona oeste. Iba de pasajero. Descubrieron que llevaba un bolso idéntico al que había sido robado más temprano de la casa de los ancianos. Había cargado otros bienes que tomó de la vivienda antes de escapar. Los investigadores presumen que cuando lo interceptaron iba a pedirle a algún conocido que “le hiciera el aguante” escondiendo las cosas, hasta poder venderlas.