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La historia de un hombre y del primer auto que llegó a San Luis

En 1908 llegó a la provincia el Protos, un coche con un motor de 44 caballos que solía espantar a los animales.

Por redacción
| 25 de mayo de 2020
Protos 44 HP. El primer vehículo a motor que anduvo en la provincia. Hacía viajes cubriendo Nogolí, Quines, San Francisco y llegaba hasta Villa Dolores (Foto 1). Con una revista sobre la historia del automovilismo, Arnoldo hijo repasa la historia de su padre (Foto 2). Crédito fotográfico: Archivo Familia Schmid y Martín Gómez.

Arnoldo Schmid nació en Lucerna, Suiza, en 1884. En los primeros años del siglo XX llegó a San Luis y con sus conocimientos y empeño aportó enormes adelantos en la técnica, que impulsaron el desarrollo de una sociedad. Un hito que marcó el suizo que llegó a San Luis con 20 años fue la introducción del primer automóvil en la provincia, en 1908.

 

“Llegó a Buenos Aires desde Suiza en un vapor, se pagó el pasaje trabajando de mecánico en la misma nave en la que se embarcó”, recuerda Arnoldo Schmid hijo, quien conversó con El Diario en el taller de su nieto, Juan Daract, sobre cómo su padre llegó a San Luis.

 

“Mi viejo era técnico electromecánico, por eso lo contrató la empresa alemana Siemens para trabajar en el puerto de Buenos Aires”, continuó Arnoldo, tomándose su tiempo para buscar en su memoria cargada de anécdotas y recuerdos. “Con el capital que juntó con esos trabajos llegó a San Luis en 1904 y acá se quedó y formó su familia”.

 

Arnoldo les transmitió a sus hijos la pasión por los fierros. Su hijo Federico, popularmente conocido como “Feco”, fue campeón argentino de la Clase A-6 en 2006 y en la Clase A-7 en 2007. Además, ostentaba 12 títulos provinciales de rally, incluidos los absolutos. Ganó 106 carreras. Murió a los 62 años, el 23 de junio de 2012.

 

Don Schmid, entre otros tantos aportes, trajo desde Buenos Aires el primer automóvil que se vio en la provincia de San Luis. Fue en el año 1908 y era un Protos, un auto construido enteramente en Alemania e importado por la empresa de la cual fue empleado, Siemens.

 

 

Para el transporte público

 

En la actualidad, algunas familias tienen más de uno, lo que facilita su transporte. La posesión de un auto tiene distintos significados, y uno de ellos es que sea una herramienta de trabajo. En aquel momento, cuando no había ninguno en la provincia, don

 

Schmid, el responsable de introducir el primero, dispuso que el Protos, con un motor de 44 caballos de fuerza, estuviera destinado al  transporte público, con lo cual se convirtió en su herramienta de trabajo y modernizó el trasporte para los demás puntanos.

 

En el diario La Opinión del 5 de junio de 1913, Schmid puso un anuncio ofreciendo las siete plazas de su vehículo al servicio de “Viajes rápidos en automóvil”. “Servicio directo a Nogolí, Villa de la Quebrada, San Francisco, Quines, Candelaria y Villa Dolores, con el auto Protos. Schmid Hermanos. Colón 927. San Luis”, promocionaba el anuncio.

 

“Mi padre contaba que era peligroso andar en el Protos, los caminos no eran los aptos y cuando se cruzaba un carro con tracción a sangre, los animales se asustaban por el ruido y salían para cualquier lado”, recuerda el hijo mayor del pionero suizo.

 

Arnoldo hijo y sus nietos. Segunda y cuarta generación, frente a un motor. Foto: Martín Gómez.

 

 

El primer taller

 

Schmid introdujo el automóvil, pero no se quedó contento con ello. Además, emplazó el primer taller mecánico en la ciudad, afirma Arnoldo con orgullo. San Martín 927 era la dirección y el terreno comunicaba la calle San Martín con Colón. Siempre ligado a los automóviles, se dedicó a venderlos y a promover su uso. Montó un concesionario oficial de Chevrolet en la ciudad de Villa Mercedes, organizó las primeras carreras de autos, preparó el primer automóvil de competición, un Chevrolet del año '25, y hasta se animó a apostar contra otro concesionario, Ernesto Latino, sobre el rendimiento de sus naves y la osadía como pilotos.

 

Son tantas las memorias que Arnoldo hijo atesora sobre su padre que el tiempo y el espacio se hacen escasos para lograr abarcarlas a todas. La familia que fundó el suizo que se portara como un puntano más, empujando para el avance de la provincia, siguió prendida a la pasión por los motores.

 

“Mi papá comenzó en Buenos Aires a los 17 años, lavando piezas, y ahora yo le enseño a mi nieto más chico algunos secretos”, contó Schmid, mientras posaban para la foto. “Más allá de que las fotos sean en blanco y negro, mis recuerdos tienen los colores de una infancia feliz”, reflexionó Arnoldo.

 

 

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