Gustavo Fernández, "base" de la historia

Cada fin de mayo desde los '90 es inevitable no rememorar al "Lobo" puntano, el mítico Gimnasia y Esgrima Pedernera Unidos, el GEPU. Ese equipo de básquet que hizo historia y consiguió dos títulos en la Liga Nacional, un 26 de mayo del '91 el primero y un 29 de mayo del '93 el segundo. En medio, hubo un subcampeonato; fue el 26 de mayo del '92.

Durante ese ciclo de oro que duró cinco temporadas, pasaron por el club jugadores de la magnitud de Juan Espil, Hernán Montenegro, Héctor Campana y Diego Maggi por nombrar a algunos. Sin embargo el ídolo indiscutido para los fanáticos puntanos fue Gustavo Fernández. El "Lobito" es aún hoy, a 26 años, sinónimo de GEPU, uno de los pocos que levantó ambas copas. 

Marca registrada. El base de GEPU fue uno de los emblemas del equipo.

"Más allá de las batallas deportivas que tuvimos con Estudiantes y con Atenas, fue un momento  hermoso, de gran nivel y de mucha experiencia para mí. Sobre todo con Estudiantes, por ser mi primera vez, mi primera final; además era muy joven. Lo que más me quedó grabado en la mente fue cuando regresamos. Esa recepción que tuvimos de la gente esperándonos en el puente, acompañándonos en todo el trayecto", recordó Fernández desde su casa de Río Tercero, en diálogo con El Diario de la República.

Casualmente, ambas finales ganadas fueron en condición de visitante: la primera ante Estudiantes en Bahía Blanca, y la segunda en Córdoba venciendo a Atenas. En ambos casos, los play-offs terminaron 4 a 2.  

"Otro recuerdo imborrable es haber estado en el balcón de la Casa de Gobierno, tanta gente en esa plaza alentándonos. Fue increíble. Recién ahí tomé conciencia de lo que habíamos hecho; con la vorágine y las presiones que uno va consumiendo en el transcurso de la temporada no te detenés a ver qué estábamos haciendo. En ese momento me di cuenta de lo grande que habíamos logrado", sintetizó.

Paseo triunfal. Cientos de personas en el centro puntano junto al "Lobo".

El "Lobito", que comenzó su carrera profesional en 9 de Julio, vistió durante las cinco temporadas la camiseta del GEPU. Luego jugó en Atenas, Boca, Estudiantes de Olavarría, Estudiantes de Bahía Blanca y Quilmes de Mar del Plata. El retiro fue mágico, en el mismo club que lo vio nacer, 9 de Julio. En su carrera consiguió cinco Ligas Nacionales (dos con GEPU, una con Boca y las restantes con Estudiantes de Olavarría).

"Mi vida ronda alrededor del básquet y sigue vinculada al deporte. Estuve dirigiendo en Estudiantes de Olavarría, ahora debido a la pandemia estoy en Río Tercero. No nos queda otra que esperar, cuidándonos y siendo responsables", contó. Además, conformó una familia netamente deportista: "Mis hijos están lejos: Manuel en Italia y Gustavo, el más chico, en Buenos Aires. Uno es tenista (Gustavo, actual Nº 2 del ranking mundial de tenis adaptado) y el otro basquetbolista (Pallacanestro Trieste, participante en la Serie A). Ahora están esperando que reabran la posibilidad de moverse para continuar con sus actividades".

Fernández guarda los mejores recuerdos de su paso por San Luis: "Jugar en GEPU cambió mi vida, fue un trampolín para lo que vino después. Estoy agradecido de por vida por lo que fue GEPU y San Luis en mi vida, es un gusto poder recordar esta parte tan importante de la historia".