Próxima estación: arte

Más allá de las sensaciones que genera para un artista exponer sus obras al público, la inauguración que el martes a la tarde se vivió en un restaurante del centro de San Luis tuvo el condimento de la liberación. Por primera vez, luego de casi tres meses de inactividad, un grupo de pintores y trabajadores visuales pudieron realizar una de las funciones básicas de su actividad.

La muestra, oportunamente llamada "Otoño-Invierno" también funcionó como desahogo para otros dos sectores que, tal vez en menor medida, se vieron afectados por la cuarentena: los programadores de las galerías de arte y el público consumidor, que debió esperar hasta el martes para reencontrarse, compartir una copa, una charla y evaluar la posibilidad de adquirir algunas de las piezas que estaban en exposición.

Con todos los cuidados que exigen los protocolos y las conciencias, en Exótica se vivió un momento entre la gratitud y la alegría. Cinco artistas llevaron algunas de sus obras y entre canapés, cerveza artesanal y limonada, volvieron a sentir la cercanía con el espectador.

"Para nosotros es muy importante estar acá nuevamente, nos devuelve algo del tiempo perdido", dijo Mónika González, la organizadora de las muestras artísticas en el restó de la calle Pedernera. Con el regreso de las exposiciones, el lugar se consolidó como un espacio trascendental para las artes de la provincia.

A tal punto que en una de las salas de Exótica hay una muestra que permanece desde antes de la pandemia, "Planeta agua", y que puede ser visitada en paralelo a "Otoño-Invierno".

32 asistentes fueron los permitidos a ser parte del acto inicial. Una forma de respetar los protocolos.

 

En el pequeño acto con el que se dio el puntapié inicial a la muestra los artistas tomaron la palabra y coincidieron en celebrar la iniciativa y el regreso de las actividades artísticas a la ciudad.

La exposición abierta el martes ocupa las paredes de tres salas del restaurante y la mayoría de los productos exhibidos están a la venta, en valores muy accesibles que, según el tamaño, van de los 1.600 a los 22 mil pesos. "Tenemos que volver a pensar en el arte como una forma de inversión", sostuvo González, quien informó que, empujada por el delivery de comida que mantuvo el comercio en la cuarentena, se le ocurrió hacer lo mismo con las obras.

"Muchos de nuestros clientes no salen de sus casas por precaución y por eso establecimos la manera de que le lleguen las compras a sus hogares", concluyó González.

La sala principal está dedicada a Leda Barrios, una artista que se definió autodidacta y que mostró su capacidad al mezclar los colores vivos en una de las series y el gris de la tiza sobre el papel en otra.

La habitación más pequeña estuvo ocupada por tres artistas: Franco Rolando y sus líneas de lápiz grafito (el artista, por razones laborales, fue el único que no pudo estar en la inauguración); Nora López, quien mostró su interés en  retratar paisajes de la provincia; y Darío Arístides Molina, quien aportó una fotografía nocturna.

Finalmente, Edgardo Alba Gentile se convirtió en la sensación de la muestra con sus obras simétricas y un concepto de creación que incluyó el uso de una remera con un motivo propio, réplica de una de los trabajos expuestos. Además, el autor presentó tres obras con táctica sensorial y código QR para que fueran apreciadas por personas con discapacidad visual.

Como para concluir con el preciso momento del artista en "Otoño-Invierno", Alba Gentile ubicó entre sus creaciones a la venta una obra cuyo título atraviesa a todos los que se juntaron el martes a la tarde en Exótica. Y a todo el universo en un mismo momento: se llama "Pandemia".