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Arrancó la instrucción en buenas prácticas para mascotas

Es un proyecto de la dirección de zoonosis de la municipalidad de San Luis. Los encuentros son en el Polideportivo Municipal Puente Blanco. Empezaron con las razas de gran porte.

Por redacción
| 20 de julio de 2020
En círculo. El instructor de la Dirección de Zoonosis da su primera charla a los dueños de los canes. Foto: Martín Gómez.

El sábado comenzó el curso de adiestramiento canino impartido desde la Dirección de Zoonosis. La convocatoria incluyó un primer grupo de animales de gran porte, considerados "potencialmente peligrosos". Durante la siesta llegaron al Polideportivo Municipal Puente Blanco los doce perros que fueron seleccionados entre los más de 600 inscriptos. El instructor, Mauricio Rosales Neyra, inició la jornada ordenándoles a los dueños de las mascotas que den un paseo por las instalaciones del predio, para que los animales se familiaricen con el lugar que visitarán durante los próximos siete sábados. La capacitación apunta a que dueños y mascotas adquieran hábitos de convivencia con otras mascotas y que las personas tomen real conciencia sobre la importancia de la vacunación y el control de la reproducción.

 

“Lo que se hace es enseñarles a los dueños cómo educar a sus mascotas para que no sean un peligro”. Mauricio Rosales Neyra.

 

Algunos emprendieron la caminata, que duró unos 5 minutos, con seguridad y confianza; mientras que a otros se les hizo un tanto más complicada. Todo bajo la mirada de Neyra, quien observaba la dinámica del grupo de doce canes y sus tutores. Una vez finalizada la caminata, el docente les dio la instrucción de ingresar a la cancha de vóley y formar un círculo. Neyra ganó el centro del círculo formado por los doce binomios y explicó: “Es importante darles órdenes claras y precisas a los animales. Ahora cada uno de ustedes se va a presentar y nos va a contar a todos por qué se inscribió en el curso”. El primer paso estaba dado: desarrollar el vínculo mascota-tutor.

 

Llamarlos por su nombre mientras están concentrados olfateando algo, darles la orden de alto, que el perro frene su marcha y preste atención, que el animal haga caso a la orden de comer, en incluso se siente cuando se lo pide fueron tareas dadas por Neyra en el primer encuentro. La mayoría las cumplió, pero el mensaje del instructor fue alentador para quienes no pudieron hacerlas.  “El trabajo de enseñanza-aprendizaje es de todos los días, el animal se acostumbra y llega un momento en que ya no es necesario darle órdenes, solo sabe cómo proceder en cada momento”, dijo a los dueños de las mascotas.

 

 

Trabajar el vínculo. Carlos estimula a Lebron con alimento, para que responda por su nombre y actúe. Foto: Martín Gómez.

 

 

La selección de los tutores que en esta oportunidad recibirán la instrucción en buenas prácticas tuvo como eje conformar un grupo homogéneo en cuanto al tamaño y la edad de los animales, ya que estos parámetros influyen en el tipo de instrucción que se les debe brindar. El instructor explicó que “no es lo mismo enseñarle a un cachorro o a un perro adulto; tampoco se tratan de la misma manera razas de pequeño porte o de gran porte”.

 

 “Vine para aprender a sacar a caminar a mi perra y poder lograr que no se pelee con otros que hay en la calle”. Camila, vecina del del barrio Jubilados.

 

Los doce perros seleccionados son de las razas conocidas como “potencialmente peligrosas”. Pitbull, labrador, ovejero alemán y dogo son algunas de las genéticas que se consideran peligrosas, por su porte y territorialidad. “Es fundamental que los dueños de estas razas sepan cómo manejar al animal. Son perros que necesitan mucho espacio, no pueden estar encerrados porque necesitan caminar, trotar y explorar distintos lugares con sus narices. Por eso deben salir a caminar unas tres o cuatro veces por semana y para eso es necesario que quien los lleve a pasear sepa cómo hacerlo, para que no sea riesgoso para la comunidad”, explicó Neyra.

 

“Estos cursos son caros. En esta oportunidad, podemos acceder a ellos a cambio de elementos para que otros perritos estén bien”. Carlo, vecino de barrio San Martín.

 

El curso incluye la entrega de un manual, confeccionado por el personal de Zoonosis, con pautas en adiestramiento y cuidados de la salud animal. Además, los participantes deben cumplir con tareas que el instructor les da para que realicen junto a sus mascotas durante la semana. “El profe nos pidió que durante la semana mandemos videos al grupo que él coordina. Tenemos que llamarlo por el nombre, sacarlo a pasear y hacerlo que se siente”, dijo Carlos, dueño de Lebron, un pitbull plateado de seis meses.

 

La iniciativa que lleva a cabo la Dirección de Zoonosis forma parte de un proyecto en el que apuntan a formar a más instructores, para que eventualmente brinden sus conocimientos a la comunidad y colaboren para educar a perros callejeros. “Con los perros callejeros tenemos un gran recurso que se puede explotar, educarlos como perros de compañía para adultos mayores, perros de búsqueda, perros para terapias alternativas”, contó Rosales Neyra.

 

Los participantes del curso donarán elementos a la Dirección de Zoonosis.

 

El instructor se mostró satisfecho y entusiasmado al final de la jornada, que duró cerca de dos horas. “Hoy fue una buena clase. Si bien a algunos les costó un poco más, pudimos lograr que todos los perros cumplan con los comandos y que los dueños se vinculen de mejor manera con sus mascotas”.

 

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