Quieren poner en valor el quebracho donde San Martín ataba su caballo

Una iniciativa público-privada quiere rescatar y poner en valor el quebracho donde el General José de San Martín ataba su caballo cuando estaba de paso por San Luis y visitaba a Vicente Dupuy entre 1814 y 1819, período en el que ejercía el cargo de gobernador de Cuyo. Roberto Vergés, Hugo Larramendi y Gabriel Gutiérrez forman parte del Conversatorio de Historia Puntana del Siglo XIX cuya iniciativa más importante es la de proyectar la puesta en valor de ese árbol histórico que hoy se ubica sobre la vereda de la Iglesia Catedral de la calle Pringles.

El quebracho está enclavado en un espacio que hoy pertenece al Obispado de San Luis, ya que está dentro del predio de la Catedral. Por eso ya le presentaron una nota al obispo Gabriel Barba para explicarle de qué se trata este proyecto. También le hicieron saber de su idea al Gobernador Alberto Rodríguez Saá, quien les dio su aprobación y se puso a disposición para colaborar en lo que sea necesario.

El arquitecto Larramendi fue el encargado de proyectar lo que ellos denominan Centro Interpretativo Histórico y Cultural Quebracho de San Martín. “La importancia de que San Martín haya estado en San Luis y que hayamos sido parte de su estrategia es un sentimiento y una razón muy importante para recordar que en algún momento él estuvo en ese lugar, donde hoy todavía pervive”, explicó Larramendi.

Según comentó “la idea es ponerlo como centro para que diga 'acá estoy yo y todo este es mi espacio'. Y además para que se libere, porque actualmente está confinado”. Desde que se instaló la reja con columnas para delimitar el espacio del edificio religioso, el árbol pasó a ser una columna más de ese enrejado. “Hoy está enjaulado porque lo que se armó fue un desvío para rodearlo, que fue un gran gesto que tuvieron en aquella época para respetarlo. Pero con el paso del tiempo fue quedando encerrado y además las puntas de esas rejas hoy le están haciendo daño”, relató el arquitecto quien además alertó que “el quebracho se encuentra en alto riesgo porque no se lo trata, ni se mantiene su sanidad. Además sufre todo tipo de plagas”.

Larramendi contó que “en un momento se lo quiso talar, según consta en una nota publicada en el diario La Reforma que cuenta que unos empleados municipales comenzaron a golpearlo con un hacha, pero un grupo de vecinos lo evitaron”. Y agregó que “posiblemente en su corteza esas huellas hayan quedado”.

Según el plano que proyectó Larramendi, “la idea es consensuar con el Obispado el desvío de esa reja por detrás del árbol para que quede más cerca del muro de la Catedral y continuarla hasta la calle Rivadavia. Entonces podríamos liberar el quebracho de todos los elementos que hoy lo mantienen enjaulado”.

Afirmó que también está previsto repetir en el piso la misma cantidad de anillos que tenga hoy su corteza y así poder extender su territorialidad. Para eso también tendrán que convocar a la Municipalidad de San Luis porque la vereda tendría que ser intervenida, ya que el límite que hoy tiene debería extenderse un poco más para ensanchar la acera.

“La gente hoy pasa por al lado de un árbol histórico que no sabe la importancia que tiene, por eso los autos que vengan por calle Pringles tendrán que desviarse un poquito. Pero en el futuro sabrán el motivo de ese cambio. Y lo que buscamos es que todos nosotros cuando recibamos visitas digamos con orgullo 'este es el quebracho donde ataba su caballo San Martín'. La idea es que recupere su presencia”, insistió Larramendi.

“Será una plaza para celebrar el quebracho de San Martín donde habrá unos bancos para sentarse y admirarlo; además de acompañarlo con referencias e interpretaciones que explicarán a los vecinos y a los turistas que nos vengan a visitar, qué están viendo y el valor histórico que tiene”, agregó.

Sobre el árbol explicó que no es una especie urbana, “en realidad ha sobrevivido a pesar de que al construir la Catedral le quitaron el sol que recibía desde el norte y quedó a la sombra de la iglesia. Eso le restó condiciones de salud, además de sufrir toda la contaminación propia de la ciudad”.

La edad de ese ejemplar se estima en poco más de 200 años, pero ese trabajo de datación quedará a cargo de los biólogos de la universidad nacional, dijeron los integrantes del Conversatorio.

Unidos por la historia local

El grupo de 23 personas que forman el Conversatorio fue una “feliz iniciativa" del ingeniero Gutiérrez, que en una época se dedicó a investigar sobre la historia y luego de estudiar el profesorado en el Instituto de Formación Docente Continua (IFDC), publicó el libro "San Luis: Caliente febrero de 1819" (1994). Esa experiencia lo llevó a dedicarle cada vez más tiempo a la historia y según explicó Vergés, "hace un par  de años lo reflotamos en una charla y de allí se nos ocurrió la idea de generar estas tertulias. Luego se incorporaron otras personas, la mayoría de ellas aficionados a la historiografía, que nos reunimos una vez por mes. A veces lo hacemos en San Luis, otras en Villa Mercedes y también en San Francisco”. Los tres coincidieron en que su ideal es “hacer visible la historia de San Luis que esculpieron nuestra puntanidad”.

Además recordaron que Larramendi junto a Walter Lucero y Julio Domínguez fueron los ganadores del concurso para realizar el Monumento al Pueblo Puntano de la Independencia ubicado en Las Chacras.