Lo juzgan por matar a una familia en un choque

A tres años y cuatro meses de un trágico choque ocurrido en Cruz de Piedra, la Cámara Penal 1 de San Luis comenzará a juzgar este miércoles a Héctor Antonio Fernández, de 63 años. El 10 de junio de 2018 alrededor de las 21:30, el imputado, que conducía alcoholizado una Ford F100 blanca, colisionó a un Peugeot 207 en el que viajaba una familia, causando la muerte de los cuatro ocupantes, entre ellos, un nene de 3 años.

El hecho ocurrió pasando el peaje Cruz de Piedra, en el kilómetro 12 de la ruta 20. El test de alcoholemia arrojó que el hombre tenía 1,48 gramo de alcohol por litro de sangre, es decir casi dos veces más de lo permitido.

El exfiscal de Instrucción 1, Marcelo Palacio Fernández, en su acusación solicitó que Fernández sea condenado a 16 años de prisión por “Homicidio con dolo eventual”. Fundamentó que Fernández “aun sabiendo del riesgo que corría su propia vida y la de los demás al conducir en un estado alcohólico, siguió adelante manejando su pickup”.

Señaló que no se trató de “una conducta que signifique un descuido mínimo, sino una conducta temeraria por parte del acusado, sin importarle las consecuencias de su accionar.

 Asumiendo a lo largo del recorrido que hizo un cúmulo de peligros que no están permitidos por las leyes vigentes y no controlados, lo que evidencia una aceptación interna de cualquier resultado que signifique violentar bienes jurídicos ajenos (vida, integridad física de terceros)”.

Resaltó que las pericias y las pruebas demostraron que Fernández salió de la cabina del peaje hacia el sur 5 minutos antes que el Peugeot 207. Que luego giró por la rotonda de Cruz de Piedra y regresó nuevamente hacia el peaje, pero en el trayecto dobló hacia su izquierda, cruzó por entre la vegetación del cantero central y colisionó el Peugeot, que venía desde el peaje con dirección norte-sur.

Las víctimas fueron Lidia Frías, Lidia Andrea Gutiérrez, Hugo Omar Torres y el pequeño Alejandro William Torres Gutiérrez. Murieron a causa de traumatismo-craneoencefálico.

“Más allá de la tolerancia al alcohol que pueda reconocerse a Fernández, es irrefutable su estado de intoxicación alcohólica al momento del hecho y es contundente su afectación psicofísica como producto del grado de su intoxicación, sumado a la pérdida de reflejos generada por el alcohol en sangre; de ninguna manera puede ser considerada una simple culpa en su accionar. Estimo que en definitiva no hay duda que Fernández condujo pese a su estado de ebriedad, lo que lo inhabilitaba para el manejo, pero continuó su marcha hacia esta ciudad aun sabiéndose en ese estado y recibiendo reclamos por parte de otros conductores, pero esto en nada cambió su decisión de seguir manejando su camioneta y aceptar los riesgos que conllevaba”, consideró Palacio Fernández.

Para él, el acusado tenía pleno conocimiento del riesgo que creaba desde antes de llegar a la cabina del peaje Los Puquios y fue “su propia decisión libre, voluntaria y consciente, la que lo llevó a continuar temerariamente a causar el accidente de tránsito en que perdió la vida toda una familia que circulaba sin haber consumido alcohol, respetando la legislación vigente y por sobre todo, la vida de los demás”.

“En este caso, quienes cumplieron las reglas de velocidad y se ajustaron a las normas de convivencia social, pagaron con sus vidas la indiferencia y el desprecio por esas mismas normas que demostró el acusado”, enfatizó.

Redacción/MGE