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Veintidós años con la música bailantera: María Asencio y Las Morenas

Debutaron en 1999, en un baile popular. Tocaban gratis en los barrios. Fueron a Cosquín como Las Guaynas del Chamamé, con la delegación puntana. Son reconocidas en toda la provincia, Córdoba, La Rioja, San Juan y Mendoza.

Por Johnny Díaz
| 31 de octubre de 2021
Gran familia musical. Las Morenas, María Asencio, Juanita López, una fan, el presentador y animador Oscar Ortiz, Pedro Magallanes, el tecladista Ramón Videla y un amigo, en el "Berta Vidal". Fotos: Marianela Sánchez / Gentileza.

Uno de los grupos musicales más populares y tradicionales de la música bailantera de San Luis es el de María Asencio y Las Morenas. Cuenta con más de 22 años de trayectoria —nació en 1999— y es ampliamente conocido en todo el interior provincial, La Rioja, San Juan, Mendoza y Córdoba, donde las músicas se presentaron más de 18 veces.

 

También en 2017, actuaron en Cosquín como Las Guaynas del Chamamé. Además, tienen dos programas de radio: en Puntana FM 88.5, los viernes de 17 a 19:30, “La reina de la bailanta”, y en radio Nacional FM 96.5 y 1.107 en AM, “Alguien canta para vos”, los sábados de 14 a 16.

 

La precursora del grupo, quien fue destacada por el Concejo Deliberante de San Luis, se muestra como una mujer simple, feliz y agradecida de lo mucho que logra con su grupo, querido por todos.

 

María cuenta que todo nació por un infortunio musical que sufrió Pedro Magallanes, director del grupo Comando-X. Sus músicos faltaban a los ensayos y ella fue invitada a tocar en percusión y después, en teclado. Finalmente, el grupo se disolvió y comenzaron a sumar a músicas. Primero, María Belén Magallanes en bajo y después llegó Érica Magallanes, en guitarra. También se sumaron Dalila Malena Godoy en güiro y Luciana Navarro en instrumentos de viento. Así fueron creciendo.

 

 

El grupo. María Belén, Luciana, María Asencio, Dalila Malena y Érica Magallanes, en el jardín del teatro "Berta Vidal".

 

 

“Nacimos en el barrio José Hernández, después nos vinimos al Juan Pascual Pringles (Los Andes), lugar donde nací. Venimos de hogares muy humildes y de gente trabajadora, la gente de todo el barrio nos quiere y concurre a presenciar nuestros ensayos”, explica Asencio.

 

Y agrega: “Nada nos fue fácil, ensayábamos en mi casa, siempre le pusimos muchas ganas a lo que hacíamos. Sabíamos siete temas y comenzamos a tocar gratis en los barrios, para el Día del Niño, de la Madre, el Padre o comisiones de fomento. Hasta que un día el Grupo Menta nos convocó para que le hiciéramos de soporte en un baile en el club San Lorenzo. Preparamos diez temas, para nosotras todo fue nuevo, un baile popular, con luces, público, aplausos, escenario, buen sonido... todo era desconocido y no desentonamos”.

 

 Después de ese baile todo cambió, la gente comenzó a conocerlas e incluso hicieron su primer casete familiar: "Al compás de Las Morenas". En la carátula le pusieron un número de teléfono para contrataciones y eso las llevó a que las conocieran y al éxito que hoy tienen.

 

María Asencio, quien está acompañada de Las Morenas, dice que el nombre del grupo nació de una votación. María Belén agrega que tenían varios nombres en danza. Pedro Magallanes aporta que se llamarían La-21, porque en la quiniela el 21 es la mujer, pero al enterarse que en Córdoba había una banda de nombre similar, eligieron Las Morenas.

 

Érica recuerda que preparaban chalecos y pantalones con lentejuelas y adornos comprados como podían. "A veces hacíamos empanadas para vender y recaudar fondos; en otras nos ayudaba Pedro Magallanes, el director musical”.

 

 

Material. Afiches, los primeros casetes y discos, entre ellos "Al compás de Las Morenas", que salió después del debut.

 

 

Asencio agrega: “Pedro es la mano derecha del grupo, es quien escribe las letras, está en todos los detalles organizativos y contrataciones, es como si fuera nuestro tesorero. Si bien hoy todo es un poco más fácil, él siempre está”.

 

María Belén dice que la banda detuvo su marcha por la pandemia, como todos, y hoy, después de un año y ocho meses, volvieron y tienen mucho trabajo, algo que las hace sentir orgullosas.

 

Las artistas a coro señalan que estuvieron en toda la provincia, además de incursionar en La Rioja, Mendoza, San Juan y Córdoba, donde fueron 18 veces, lo que representa la buena convocatoria que tiene el grupo.

 

En 2017, la banda se presentó en el festival de Cosquín como Las Guaynas del Chamamé y como parte de la delegación de San Luis. Dicen que fue una experiencia muy linda y triste a la vez. “Nosotras ganamos el pre-Cosquín de ese año. Recuerdo que estaban Supervien y el ballet de danzas folclóricas de Litto Lucero y su señora, que organizaban. Pero a la hora del viaje, no teníamos lugar en la delegación, por lo que tuvimos que alquilar una casa para todas nosotras. Teníamos la intención de presentar un cuadro litoraleño, pero la encargada de la delegación dijo que no podía ser. No obstante eso, llegamos a la final, en la que nos ganó un conjunto de Salta, demostrando que eran muy buenos. A nosotras, la gente nos aplaudió de pie, nos salieron varias presentaciones en las peñas, pero ocurrió algo inesperado: nos entraron a robar a la casa y nos dejaron con lo puesto. Regresamos a San Luis con la ropa con la que habíamos actuado en Cosquín. Fue lamentable, nos llevaron instrumentos, valijas, tablet, computadora, celulares, ropa, dinero y hasta la comida”, recuerdan.

 

 

El grupo grabó —con mucho éxito— más de 19 discos con temas de su autoría.

 

 

María Belén entiende que nunca pudieron integrarse a la delegación: "Nos discriminaron totalmente, había una gran brecha, ellos tenían todo y nosotras, nada. Fue una mala experiencia, fue como si nos hubieran pegado una cachetada”.

 

Érica siente lo mismo, pero agrega que ellas ganaron porque se trajeron el aplauso y el reconocimiento del público: “Nadie nos conocía... eso es ganar y siempre mantuvimos el perfil bajo que nos enseñaron”.

 

Las mujeres tienen cientos de anécdotas acumuladas a lo largo de 22 años de experiencia. Recalcan el cariño de grandes y chicos cuando llegan a algún pueblo donde la gente se acerca para conocerlas, hablar con ellas, sacarse fotos y recordar presentaciones anteriores. “Eso es maravilloso e inolvidable, nos sentimos como lo que somos, una gran familia”, dicen.

 

Cuentan que también tuvieron un rol importante en el cine a través de la película “Tres de corazones”, que dirigió Sergio Renán y fue filmada en San Luis, con Mónica Ayos, “La China” Zorrilla, Luis Luque, Nicolás Cabré, Roly Serrano y Nicolás “El Negro” Páez en el elenco.

 

 

Momentos. Las chicas, contando sus experiencias a lo largo de veintidós años arriba de los escenarios sanluiseños.

 

 

“Buscaban a mujeres rubias, yo me presenté —dice Asencio— y cuando me tocó el turno para el casting, pregunté si podía hablar con alguien de la producción. Dejé mi carpeta con mis antecedentes, al otro día me llamaron y Sergio Renán fue a mi casa a ver un ensayo, fue algo impresionante. Pedro Magallanes tenía que escribir cinco temas subidos de tono acorde con el guion de la película, que se trataba de mujeres en un cabaret donde la mujer era un objeto. “Teníamos que estar a las cinco de la mañana en La City en Juana Koslay, allá nos maquillaron y nos dieron zapatos de taco muy alto, polleras cortas y pelucas. Fue otra experiencia inolvidable”.

 

Casi a coro, las chicas recuerdan hechos casi paranormales, como cuando una noche les pareció ver a un hombre gigantón de más de dos metros de altura cruzando la ruta y luego desaparecer para siempre detrás de un refugio para colectivos en la zona de Pozo del Tala. O cuando pararon a la vera del camino y sintieron un agudo silbido que las dejó heladas y les atravesó el cerebro. O en otra oportunidad —cerca de La Botija— cuando de frente apareció un auto y a medida que se acercaban, desapareció de la visión de todos.

 

Magallanes agrega que una vez en Quines, antes de subir al escenario, notaron que faltaban los teclados. Los habían olvidado en San Luis. “Mi amigo ‘Chicho’ Alcaraz me alcanzó en un auto. Regresé al baile a las 3, las chicas ya no sabían qué tocar". María acota: “No mirábamos a la gente bailar, mirábamos a la puerta para ver si Pedro llegaba con los instrumentos”.

 

Las mujeres no quieren olvidar a quienes integraron el grupo: Bruno Gatica, Olivia Paco, Yamila Rosales, Rosita Correa, Cintia Zapata, Yesica Sosa, Pamela y Ely Flores, Mary Rodríguez y Daniela Guardia.

 

 

Simpleza. "Hacemos música bailable. La gente nos quiere y respeta porque siempre fuimos humildes y responsables".

 

 

Érica es ama de casa, tiene tres hijos de 10, 16 y Dalila, de 26. “De chica me acompañó a todos lados, dormía en los estuches de los teclados y hoy toca el güiro. Me levanto a las seis de la mañana, no tengo un trabajo fijo y vivo de la música”, cuenta.

 

María Belén dice que todavía no se da cuenta de lo rápido que crecieron sus hijos de 14 y 18 años: “El mayor toca en un grupo de rock. Vivo como en un sueño, siempre estoy lista para tocar. Desde los 15 estoy en el grupo, es mi pasión”.

 

Dalila estudia Profesorado de Educación Física, es operadora de radio y a veces atiende los teléfonos de la emisora. “Desde los 5 años viajo con la banda, acompañándolos, y a los 15 debuté”.

 

Luciana lleva cuatro años en el grupo. "Tuve la suerte de sumarme a raíz de que Cultura de la Provincia me dio la posibilidad de estudiar. Comencé tocando el trombón, soy corista y a veces vocalizo. Lo que rescato de todo esto es el cariño de la gente donde vamos. Soy obstetra en el hospital “Teresita Baigorria” y tengo un hijo de 9 años. Siempre digo que de día soy una persona, de noche otra y hago esto porque realmente me gusta mucho”, cuenta.

 

María tiene 5 hijos, todos músicos. “Soy muy feliz, porque la gente me ha hecho feliz. Toco el saxo y el bandoneón. En el ‘Berta Vidal’ estoy a cargo del grupo musical Sexto Sentido”.

 

Juana López es la presidenta del club de fans de Las Morenas, es de Villa Mercedes y hace 19 años que acompaña al grupo. “Todo comenzó porque siempre me gustó su música. Cuando cumplí 50 años las contraté y nació una hermosa amistad que hasta el día de hoy está firme. También las llevé a la televisión y a tres bailes en Fomento Las Mirandas. Son muy queridas y respetuosas. Las mujeres muchas veces somos discriminadas, por eso valoro el esfuerzo que hacen para estar arriba de un escenario”, relata.

 

María solo tiene palabras de agradecimiento para Ramón Videla en arreglo y teclado; lo mismo para Oscar Ortiz, locutor, animador y presentador del grupo. "Su trabajo es impecable por donde se lo mire, confiamos mucho en él".

 

"Conformamos una gran familia musical. Somos muy humildes y unidas. Soñamos con tener un buen trabajo o una beca que nos permita seguir creciendo. Nuestro eterno agradecimiento a nuestro público y a quienes creen en nosotras", dice la saxofonista, como reflexión final.

 

 

Redacción / NTV

 

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