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La historia de un libro con cuatro nombres

Escrito por Jorge Cuadrado en memoria de su abuelo Fernando, la obra, que tiene 30 años de publicada, sigue su recorrido.

Por Miguel Garro
| 22 de noviembre de 2021

En el invierno de 1985 Fernando Cuadrado, un gaucho radicado en los alrededores de Villa Mercedes, se animó a romper su silencio de campo para contarle parte de su vida a Jorge David Cuadrado, su nieto, por entonces un joven con sueños de escritor. A partir de esa charla y del posterior vuelco al papel por medio de la máquina de escribir, el libro —del que se acaban de cumplir 30 años de su lanzamiento— hizo un recorrido que incluyó cuatro títulos distintos y otras tantas presentaciones oficiales.

 

El 6 de noviembre de 1991 en la Casa de la Cultura de Villa Mercedes, ante un auditorio colmado del tradicionalismo provincial, Cuadrado presentó “Don Fernando”, el título que había elegido para la recopilación histórica que su abuelo le había regalado con el testimonio. Dos años después llegaría la segunda edición.

 

Jorge Cuadrado nació en Villa Mercedes y desarrolló su carrera como abogado y escritor en Buenos Aires, donde está radicado hace años. Además de “Don Fernando”, cada tanto publica en La Nación y medios internacionales notas y ensayos sobre la vida gauchesca y la actualidad del tradicionalismo.

 

Ya consolidado como un narrador de temas exclusivamente gauchescos, Cuadrado impulsa desde su estudio y desde sus estudios el amor a las tradiciones, aunque tiene como norma escribir poco en cantidad, pero mucho en calidad. De hecho, se podría decir que tiene solo un libro editado además de aquel “Don Fernando”. Un año antes, un joven Jorge había dado impulso a sus ganas de escribir con “El arte de alambrar”.

 

El cariño que el autor experimenta por la provincia queda plasmado en dos planos. En el real, Cuadrado siempre regresa a San Luis y a Villa Mercedes en particular, aunque sea con la información que le llega por los medios provinciales. En cuanto a los relatos, si bien el libro (como todo lo relacionado con la literatura gauchesca) es nacional, el centro está en un gaucho de la provincia y los apellidos tradicionales se suceden unos tras otro. “Un criollo podría sentirse sorprendido de que su apellido o antepasado figure en ese libro que, aunque moderadamente, siempre va avanzando”, explicó escritor.

 

 

 

 

El itinerario del libro que cumplió este mes 30 años de editado tuvo un nuevo retoque en 2011. Junto a una novela de ficción, basada en el mundo rural, llamada “De patrón de patrones a menos que peón”, Cuadrado aprovechó para reafirmar su sentir por las memorias de su abuelo y publicó en conjunto, en un ejemplar que se llamó “El gaucho en el Bicentenario argentino”.

 

Apenas cinco años más tarde, el mismo libro —o sea, la novela y los restos de “Don Fernando”— se publicó bajo el nombre “El gaucho, reliquias vivientes”. Es la edición actual de la obra del mercedino y fue presentada en el Palacio Paz, de Buenos Aires.

 

Si hay algo que se mantiene en las cuatro versiones que tuvo la publicación del autor es la foto de Fernando Cuadrado en la tapa y una carta que Juan José Guiraldes le escribió a Jorge a propósito de la edición.

 

“Estoy dos veces agradecido —empieza el remitente—. Una, por haberse acordado de mí como presidente de la Confederación Gaucha Argentina, entidad que, precisamente, entre otros fines, tiene el de acoger a los creadores sobre motivos del gaucho, sus costumbres, el paisaje y sus destrezas; la otra, el regalo de sus originales de “El Gaucho Fernando Cuadrado”.

 

Güiraldes —comodoro, aviador, escritor de las tradiciones, sobrino de Ricardo, fallecido en 2003— califica en la misiva al villamercedino como un excelente contador de cosas, al que se descubre en la espontaneidad del lenguaje que emplea. “Ha tomado un personaje espléndido, muy rico en matices, muy humano, muy querible. Ese Don Fernando Cuadrado es un gaucho; mejor: es un Gaucho con mayúscula”.

 

A tres décadas de que “Don Fernando” o “El gaucho en el Bicentenario argentino” o “El gaucho, reliquias vivientes” saliera a la luz, el libro presenta lo que quedó del gaucho, acaso el principal fin de la obra. “Eso justifica los cambios de título y la incorporación de otro libro”, sostuvo Cuadrado y dijo que la última denominación será la definitiva.

 

 

 

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