Podrían pagar $90 mil de multa por festejar un cumpleaños con pirotecnia

Los estruendos rompieron la calma de la noche y sorprendieron a los vecinos de la zona oeste en los primeros minutos de este miércoles. Para celebrar el cumpleaños de 15 de una joven, una familia del barrio Pablo Díaz lanzó fuegos artificiales y llovieron las quejas de los habitantes de las viviendas cercanas, quienes sintieron con nitidez los ruidos y vieron las luces que se encendieron en lo negro del cielo. El Municipio les labró un acta por la infracción y ahora deberán pagar una multa que podría llegar a los 90.000 pesos.

"A las 00:10 aproximadamente empezamos a recibir numerosos reclamos a la central de operaciones del número 147, al margen de que gran parte de Villa Mercedes las vio porque eran de gran envergadura", contó Elvio Sepúlveda, el responsable del Programa de Control Urbano de la Comuna.

El funcionario dijo que se guiaron por las direcciones que les dieron en los llamados hasta que en la calle Sallorenzo, entre Gobernador Alric y Juan W. Gez, dieron con la casa desde donde había salido la pirotecnia.

"Constatamos que era un cumpleaños de 15 y al principio los dueños de la vivienda negaban que ellos habían sido, hasta que la Policía nos ayudó a detectar desde dónde habían sido arrojados, con colaboración de testigos que mostraron fotos y videos. Ahí les labramos el acta que fue elevada al Juzgado de Faltas", agregó.

El uso, la tenencia y la venta de pirotecnia están prohibidos en la ciudad desde el 2014. Y si bien el organismo judicial todavía debe evaluar el monto de la sanción, la normativa ya establece una pena de 3.000 unidades multa (desde enero cada una equivale a 30 pesos) para quien infringe la regla por primera vez, que se duplica en una segunda oportunidad, se triplica en una tercera y así sucesivamente.

El Juzgado de Faltas aún debe evaluar las actas de infracción y determinar el monto exacto.

 

El sonido de los fuegos artificiales se propagó durante unos diez minutos aproximadamente. Ese tiempo fue suficiente para que varias mascotas del barrio se alteraran y algunas incluso se escaparan de sus hogares, asustadas por los impactos.

Justamente el sentido de la ordenanza es la protección de los animales, pero también de los bebés y niños pequeños, de los adultos mayores y de las personas con autismo y otros síndromes, a quienes los ruidos estridentes les ocasionan daños auditivos y emocionales.

Sepúlveda sostuvo que esta no es una infracción común en la localidad, al menos en esta época del año. "Llamó la atención a todos porque fue en un día de semana, que no es habitual, así que hubo muchos reclamos y repercutió mucho en las redes sociales", dijo.

De hecho, según el encargado de Control Urbano, el uso de los tradicionales cohetes para Navidad y Año Nuevo se reduce cada vez más desde que la prohibición fue aprobada por el Concejo Deliberante. "En las últimas Fiestas pudimos decomisar mucha mercadería, realizamos clausuras a negocios y detectamos depósitos y distribuidoras, y eso es muy bueno porque son los que después abastecen a los minoristas", recordó.

En la categoría en la que sí son frecuentes las denuncias es en la de ruidos molestos. El funcionario reconoció que reciben llamados de forma constante por el elevado volumen de diferentes actividades: los viernes y sábados se dan más por la música de vecinos o de bares; durante las mañanas y siestas suelen ser por los sonidos que provienen de los gimnasios; mientras que durante el resto de los días se dan por actividades comerciales o industriales.

"Hay una ordenanza que dice que en el interior de la vivienda o del local puede haber un máximo de 80 decibeles y en la periferia de ese lugar no debe ser mayor a 65, pero se reduce a 55 si hay hospitales o clínicas cercanas. Nosotros tenemos un decibelímetro para medir si se cumple", explicó.