A pesar de que la sequía hace estragos, suben los alquileres de los campos

A veces, los números no coinciden con la realidad. En medio de una campaña gruesa muy afectada por la sequía, que está recortando las estimaciones de la cosecha de soja, la mayor parte de las renovaciones de arrendamientos se están realizando con aumentos de uno a dos quintales de soja por hectárea.

Según el sitio web Bichos de Campo, "los 'pesos pesados' del agro argentino, cuando salieron este año al mercado para renovar alquileres, se encontraron con propietarios exigentes que a pesar del aumento del valor de la soja querían más quintales. Y en algunos casos pidiendo locuras".

Es posible que esa posición de los dueños de campos se deba a que nadie quiere quedarse posicionado en pesos. Y además, si bien la falta de lluvias pega duro, algunas regiones de la zona pampeana se encaminan a obtener rindes de maíz o soja cercanos a los proyectados. Y también están los que ganaron apostando al girasol, que vio crecer sus precios.

Nadie quiere quedar posicionado en pesos, entonces toda inversión parece más que viable.

 

Al momento de planificar la campaña sojera 2020/21, el valor del contrato Soja Rosario Mayo 2021 del Matba Rofex se ubicaba en torno a los U$S230 la tonelada, 100 dólares menos que en la actualidad. Los que fueron haciendo promedios con sucesivas coberturas, recibirán un precio inferior; pero los que aguantaron sin vender un solo grano por anticipado, van a recibir un precio más del 40% superior al presupuestado.

"Esas personas, si además van camino a lograr rindes aceptables, tienen o tendrán la billetera lo suficientemente gorda como para salir a romper el mercado de alquileres agrícolas", agregó el análisis de Bichos de Campo.

Otro fenómeno que volvió con fuerza fueron los 'pooles de siembra', que consiguieron captar fondos de personas y empresas que, estando líquidos, ya no saben más que hacer con los pesos argentinos luego de incursionar en el dólar MEP y los fondos comunes de inversión.

Los 'pooles', tanto más nuevos como con cierta trayectoria, tienen que pagar bastante más para ganarles la pulseada a los actuales inquilinos, sobre todo porque no todos los propietarios los quieren ya que saben que algunos están más interesados en la rentabilidad que en realizar un gestión agronómicamente responsable de la tierra.

En cualquier caso, si bien los precios internacionales de los granos se encuentran en un nivel elevado por razones estructurales, el hecho de que el principal insumo del negocio agrícola haya registrado un aumento no es una buena noticia para el agro argentino si se pondera el elevadísimo riesgo político que deberá enfrentar en la campaña 2021/22, con elecciones legislativas de por medio.

"Si en la Argentina existiesen, como ocurre en los países vecinos, oportunidades de negocios productivos y financieros de orden diverso, los empresarios agrícolas no tendrían que competir con dinero que busca refugiarse en un negocio que tiene una cantidad limitada de tierra disponible", puntualizó el sitio especializado.