Flores, un elemento clave para atraer polinizadores

Además de aportar colorido y aromas placenteros, las flores generan grandes beneficios en una huerta agroecológica, principalmente porque atraen polinizadores que son los que generan una mayor biodiversidad. “La floricultura es una disciplina de la horticultura que está orientada al cultivo de flores y plantas ornamentales para uso decorativo. En el caso de los viveros productivos Cruz de Piedra y en el predio de la ex Colonia Hogar se las considera como un gran aporte para tener una huerta más productiva y se logra un mejor manejo de plagas”, explicó Pablo Pensotti, jefe del Subprograma Autoconsumo Frutihortícola, Concientización y Capacitación del Ministerio de Producción.

“Un espacio productivo biodiverso funciona como un ecosistema natural, donde conviven en armonía plantas, insectos, aves y microorganismos. Es un sitio en el que las plagas rara vez suponen un problema, ya que la variedad de aromas y plantas les dificulta encontrar su cultivo-presa favorito y la población está controlada por los insectos depredadores”, especificó, y explicó que la falta de polinizadores puede ser un problema.

“Para muchas plantas es imprescindible que estén esos insectos para poder realizar el proceso de polinización y dar frutos. En este aspecto reside la enorme importancia de tener flores y plantas aromáticas en una huerta, porque ellas atraen abejas, mariposas, abejorros y avispas, y también repelen bichos perjudiciales”, indicó.

Pensotti aseguró que aumentar la biodiversidad en un espacio productivo es tan sencillo como sumar variedad de aromáticas y flores. Una de las aliadas, considerada como el “caballito de batalla” por muchos productores, es la caléndula: “Es una planta muy resistente y productiva, tiene propiedades medicinales y también es comestible. Es de color naranja o amarillo y lo más importante es que actúa de manera muy eficaz para combatir plagas porque atrae insectos beneficiosos como las mariquitas, los crisópados (crisopa), áfidos (pulgón) y sírfidos (que son como las abejas)”, aseguró, y añadió que la flor produce un insecticida natural que ahuyenta también nematodos y escarabajos. Recomendó colocarla dentro de la huerta, intercalada entre los cultivos.

Una de las especies para poner junto a los cultivos altos, dejándola que cubra la mayor cantidad de suelo, es la capuchina, que puede ser de tres colores: naranja, amarilla o roja. “Tiene un comportamiento rastrero, evita que aparezcan malezas y protege el suelo de los rayos directos del sol. Es bueno combinarla con cultivos altos que dejan mucho suelo al aire libre, como los tomates o los pepinos en tutores. Al ser poco exigente en nutrientes, no competirá con cultivos voraces”, indicó Pensotti, y afirmó que actúa como un imán para los pulgones, aunque a veces tiene problema con ellos, pero los mantiene alejados de frutas y hortalizas con las que se la asocia. “Este tipo de flor protegerá a sus compañeros de gran tamaño, es considerada como una trampa que además repele hongos”, aseguró.

El funcionario agregó que la borraja, cuya flor es principalmente de color azul aunque también puede ser rosa o blanca, “es muy amigable con cultivos como el melón, la sandía, los pepinos o los calabacines, debido a que son especies sensibles a la falta de polinización, sus frutos no llegan a desarrollarse y se pudren cuando todavía son jóvenes. En el suelo lo mejor es intercalarla o ponerla cerca de las matas de los frutos”, especificó Pensotti.

El pensamiento tiene una flor de buen tamaño y posee una variedad de colores, “son poco usados en las huertas porque no se conocen mucho sus beneficios. Repele hormigas, caracoles, babosas y mariposas de las coles. Lo mejor es ponerlos como barreras naturales o intercalarlos entre los cultivos”.

Además de favorecer la polinización y ayudar con el control de plagas, las flores generan un impacto visual muy positivo.

 

El cilantro también es utilizado en el mundo gastronómico por el sabor de sus hojas. “Se siembra de forma escalonada para tener siempre hojas frescas, hay que dejarla florecer para atraer polinizadores y juntar semillas. Se coloca en el suelo de manera intercalada entre los cultivos. Además atrae a numerosos insectos benéficos como avispas depredadoras o moscas que parasitan a los insectos plaga”, aseveró Pensotti y añadió que ahuyenta a los pulgones y a las arañas rojas.

Para otoño-invierno, las especies ideales para colocar en una huerta agroecológica son “las mencionadas, más la prímula, que es uno de los mejores complementos cuando no se cuenta con un espacio muy luminoso; la hortensia de invierno; el amarilis, la camelia y el jazmín amarillo.

Para la época de frío intenso, las especies ideales son las caléndulas, la prímula, la hortensia de invierno, el amarilis y la camelia. “Para la temporada primavera-verano hay más variedad. Usamos mucho los copetes, cosmos, zinias, malvones, conejitos y campanitas, entre otras”, especificó el funcionario.

Algo a tener en cuenta es que por cada estación de nuestras flores en la huerta agroecológica debemos realizar la recolección de sus semillas así nos aseguramos la siembra de las próximas temporadas sin salir a comprar otra vez.