El 24% de las infracciones son por estacionar mal

No siempre se respetan las indicaciones para estacionar, paran en cualquier lado. A veces, algunos conductores suben los coches a la vereda para dejar gente en el banco, por ejemplo. Las personas quieren estacionar cerca de los lugares a los que van, es más, si pudieran entrar con el auto lo harían. Lo que siempre se escucha en sus excusas es que paran por cinco minutos; siempre quieren tener la razón”, señaló Gustavo Roberto, un vecino que trabaja en el microcentro puntano.

Si bien en la Municipalidad afirman que desde el punto de vista estadístico en la ciudad advierten una merma en la cantidad de infracciones, la realidad es que las faltas de tránsito son una constante. Según confirmó el subsecretario de Tránsito de la Comuna, Luciano Santágata, en el último mes el mayor número de omisiones a las normas se relacionó al mal estacionamiento. De un total de 1.576 infracciones, el 13% correspondió al estacionamiento indebido en dársenas de carga y descarga, que se reservan exclusivamente para los transportistas que abonan un canon específico para utilizar estos espacios.

Además, el 11% estaciona en dársenas para discapacitados u obstruye las rampas de acceso a las veredas. De estas cifras, se desprende que el 35% de las faltas se comete en las cuatro arterias que rodean la plaza Pringles: Junín y Pringles a la altura 900, y San Martín y Rivadavia al 700.

Microcentro, tierra de faltas

El Diario recorrió el microcentro para observar el flujo vial. En 35 minutos de relevamiento, al menos 15 vehículos estuvieron mal estacionados. Se advirtieron diferentes situaciones, como transportistas que se detuvieron en plena calle para dejar mercadería, otros conductores que estacionaron y obstruyeron rampas de discapacitados y hasta hubo un motociclista que paró por varios minutos al costado de un contenedor de basura. Frente a distintas escuelas se advirtió el estacionamiento en doble fila.

“El tema de las infracciones ha mejorado, sobre todo a partir de la demarcación y señalización que ha implementado la Municipalidad; igualmente le pedimos a la gente que respete las señales. No se trata de parar unos minutos, porque solo ese tiempo perjudica al tránsito. Esto se puede ver en los corredores viales de colectivos, donde muchas veces los micros tienen que parar a una distancia considerable de los cordones, a causa de vehículos mal estacionados. Esto dificulta a los pasajeros a la hora de subir o descender, en especial a los abuelos. Nuestra tarea no se trata de castigar, sino de enseñar. Hay que ponerse en el lugar del otro, tener empatía”, dijo el inspector de Tránsito municipal Juan Falasca.

De acuerdo a lo que señaló, a todos sus colegas les enseñan la paciencia a la hora de los planteos de los conductores. Si bien aseguran que no se trata de la mayoría, muchas veces suelen ser maltratados.

“Tenemos ciertos criterios. Por ejemplo, si vemos que traen a una persona con dificultades para caminar, podemos tener la consideración de que se baje en una zona determinada y al instante el vehículo siga su paso. Más allá de eso, cuando tenemos que marcar las cosas que se hacen mal, sabemos recibir insultos”, lamentó la inspectora de Tránsito Esther Muñoz.

Santágata remarcó que independientemente de las infracciones diarias, la realidad es que los números han mejorado en forma notable. Al inicio de la gestión, los registros estadísticos no bajaban de tres mil incumplimientos mensuales; en el último mes el número llegó a prácticamente la mitad. Asimismo, para un análisis exhaustivo es necesario desarrollar comparativas anuales y analizar los escenarios, dado que la pandemia ha implicado cambios importantes en los meses de confinamiento.

“De a poco se empieza a notar un cambio. No podemos ir con la filosofía del castigo, tenemos que educar. Si nos regimos solo con el castigo, cuando sea el año 3 mil y los autos sean voladores, esté la gestión que esté, la gente seguirá con los incumplimientos”, manifestó el funcionario comunal.