En Nogolí: un agricultor que apuesta al mercado local

La vida de Rodolfo Rueda gira en torno a la producción en un terreno que alquila en Nogolí. El productor forma parte de la asociación El Cauquén, con la que realiza ventas individuales e intercambia cultivos con la asociación La Crisálida, de Luján. Hace unas semanas decidieron armar 150 bolsones y los entregaron gratuitamente a vecinos de la zona.

Sobre cuatro hectáreas, Rueda distribuye la producción y vive junto a su familia, conformada por su esposa y sus dos hijos. Elaboran verduras de hoja, como espinaca y acelga, remolacha, ajos y cebollas bajo la modalidad siembra directa. “Aprendimos a trabajar con zapallos y se da muy bien. Después hicimos choclo dulce, tomates, pimientos, berenjenas y todo lo que sea de estación”, indicó el agricultor.

“En Mendoza aprendí con gente de España que se había radicado para la producción hortícola de ajos y cebollas, y tenían un lavadero de zanahorias. Me di cuenta de que la tecnificación es muy importante para la producción a gran escala. Acá no tenemos el capital ni las facilidades con las que contaban ellos, pero la experiencia nos sirvió”, contó Rueda, mientras recorría el predio junto a funcionarios de la Secretaría de Agricultura Familiar.

El productor contó que su padre trabaja las flores secas desde hace veinte años. “El trabajo disminuyó debido a la situación que vivimos en el país, y por eso yo decidí dedicarme a la horticultura”, explicó.

Cuando Rueda se mudó al espacio productivo, hace 12 años, el terreno era monte y piedra, y dijo que era imposible trabajar el suelo. Con ayuda de una máquina empezaron a despejar, nivelar y acondicionar el predio para cultivarlo.

En el predio trabajan dos personas fijas y también reciben colaboración de otros miembros de la asociación. Para realizar tareas como la cosecha de cebolla, choclo o tomate contratan a algunos jornaleros.

En cuanto a fertilizantes, el productor asegura que utilizan solo orgánicos como el estiércol de los animales. “No hace falta ningún tipo de agroquímico”, afirmó Rueda, y contó que “tanto la producción hortícola como la de flores secas son un llamado para las abejas que colaboran en el proceso de polinización”.

La comercialización se desarrolla principalmente en la zona a través del armado de bolsones. “El resto lo vendemos a las verdulerías chicas de la ciudad de San Luis; además, hacemos intercambios con otros productores que también están haciendo bolsones en la localidad de Luján”, explicó.

“Usamos semillas de buena genética, cuidamos los procesos. Aunque tenemos que competir contra productores de otras provincias y se hace difícil”, concluyó.