El verano, la temporada alta para los mandatos de belleza
Una campaña en redes busca "hackear" estereotipos y propone "soltar la panza".
Las panzas, el verano y los medios de comunicación. Un combo explosivo. Desde las infinitas publicidades para vender tratamientos que aspiran al cuerpo perfecto, tips de ropa y mallas para disimular y tapar, y miles de imágenes que dan vueltas por las redes haciéndole culto a la belleza hegemónica. El verano es la temporada alta de los mandatos de belleza. Eso buscó hackear Lala Pasquinelli con la campaña “Hermana, soltá la panza”, que consistió en un hashtag a través del que cientos de mujeres pudieron contar sus historias, mostrar sus cuerpos tal como son y replicar esa actitud en otros ámbitos. Una consigna liberadora que hoy está en su punto más álgido.
“El hashtag lo venimos usando desde 2018, pero este año decidimos invitar a las mujeres a enviar sus fotos y contar sus historias en relación a sus panzas y lo que queríamos era hackear esa hegemonía visual de estos cuerpos tan delgados, pieles tan blancas, donde todo es juventud. La imagen de la felicidad es esa: en situaciones de amor y afectividad vemos esos cuerpos, en las escenas de consumo de cosas que nos van a hacer felices, también”, relató Pasquinelli, quien trabaja desde hace varios años sobre la violencia de los mandatos de belleza desde la página "Mujeres que no fueron tapa".
“Necesitamos empezar a poner en las redes nuestros cuerpos, los de todas nosotras. Era uno de los objetivos y ver qué pasaba. Y pasó de todo. Lo que más me emociona es cuando vemos mensajes donde dicen ‘es la primera vez que veo cuerpos como el mío, no sabía que había panzas como la mía, me siento mejor porque me doy cuenta que no estoy fallada’. Estos gestos nos permiten liberarnos y registrar esa pequeña libertad que vamos ganando y expandirla a otros territorios de nuestra vida. Esto de que este verano muchas se van a poner una bikini, que fueron a hacer gimnasia con un top y se pusieron unas calzas cortas. Todo este tipo de cosas que vamos haciendo por primera vez, para mí es un montón. El objetivo está logrado”, remarcó.
Todos los días suben a las historias y al feed de "Mujeres que no fueron tapa" cientos de fotos y comentarios que, bajo el hashtag #hermanasoltálapanza, buscan liberarse de la opresión de los mandatos. Sin dudas, la campaña fue un éxito. “Nosotras abordamos la idea de que el mandato de belleza es uno de los que modela más silenciosa y eficientemente la identidad de las mujeres, porque todas somos educadas en esta idea de que lo más importante que venimos a darle al mundo es ser agradables a la vista y ser objeto de deseo. No importa lo que hagamos, no importa la profesión, ni tampoco los logros personales del orden que sea, siempre lo más importante es que estemos flacas y que encajemos en ese ideal de belleza. Esta campaña es una excusa para seguir hablando de esto”, contó Pasquinelli a Tinta Violeta.
Y agregó: “En esta época arrancan las publicidades de centros de estética, gimnasios, empresas que venden pastillas para adelgazar, todas las industrias que se alimentan y se enriquecen gracias a la vergüenza de las mujeres. Es un bombardeo de lo que hay que hacer ‘para llegar al verano’ y la ‘operación bikini’, casi editar tu cuerpo para entrar en una malla y no modificar la malla para que tu cuerpo entre, la idea era lanzar un contraoperativo”.
Muy emocionada por la repercusión y el alcance de la propuesta, Pasquinelli destacó la importancia de formar redes y sentirse acompañada. “Esa sensación de encontrarnos en las otras a través de nuestros cuerpos es como abrir una conversación y darnos cuenta de que hemos vivido algún tipo de situación similar. Entonces dejamos de pensar en que somos nosotras las que tenemos un problema psicológico del orden que sea, porque el problema está afuera. Con los cuerpos pasa igual. Hay algo que se relaja cuando te das cuenta de que no sos una falla del sistema, sino que lo que está fallado es el sistema”, dijo.
¿Por qué la campaña, a pesar de estar enfocada en los mandatos de belleza en general que circunscriben nuestros cuerpos, se centra puntualmente en la panza? La activista explicó que no es un dato menor: “Hay toda una pedagogía del ‘meter la panza’, una escuela que arranca cuando somos pequeñas y lo tenemos tan normalizado. Las mujeres de nuestros entornos nos educan en esto y también nos van a educar las imágenes y lo vamos a hacer por imitación, pero en general el juicio o la idea de que tenemos que meter la panza adentro sin explicaciones convincentes viene de estas mujeres muy cercanas”.
Y apuntan a expandir la conversación en términos de pensar qué perdemos ante este mandato de belleza por el que todas estamos atravesadas. “Nos roba tiempo, plata, la voz, la posibilidad de copar espacios material y simbólicamente. Es un modelo que nos quiere cada vez más disminuidas, pequeñas, cuerpos cada vez más chiquititos y eso tiene un montón de consecuencias. No solo la literal, de ocupar cada vez menos espacio físico, sino de ir desapareciendo de los lugares, y además nos siembra esta vergüenza que nos impide ser, aparecer, mostrar lo que tenemos para mostrar, existir”.
Lala admite que la campaña está en su mejor momento y que el resultado está a la vista con las miles de mujeres que se sumaron no solo a la propuesta en las redes, también en la cotidianeidad, pero que no es algo que va a cambiar la realidad de un día para el otro. “Sabemos que es algo que va y viene, las opresiones son constantes, los discursos que oprimen nuestros cuerpos son permanentes, entonces un día nos sentimos mejor y otro nos sentimos peor, esto es inherente a la condición humana, pero poder habitar esa libertad para mí tiene una potencia infinita”, expresó.
Redacción / NTV


Más Noticias