Ucranianos en Villa Mercedes pidieron por la paz en sus tierras

A miles de kilómetros del epicentro del conflicto bélico que desvela al mundo, un grupo de personas de nacionalidad y descendencia ucraniana se reunieron en la Plaza de los Inmigrantes para pedir por la paz en sus tierras. Aseguraron que no pueden tener comunicación con sus familiares y que tampoco pueden acceder a información directa.

“Mi papá es nacido en Ucrania, él emigró en la Segunda Guerra Mundial, tiene 85 años y llegó a Argentina en 1938. Estar a la distancia es muy difícil porque hay un silencio total, no podemos tener conocimiento de si están resguardados, de si están bien o no”, explicó María Elena Jarmoluk, una integrante de la colectividad.

Son más de treinta quienes habitualmente participan de actividades para representar al país europeo en Villa Mercedes, pero por razones laborales y personales, la concentración fue con menos familias. “Hay muchos más, pero no son activos, pueden llegar a organizar algo cuando se hace la Fiesta del Inmigrante, pero después de eso no tenemos contacto”, aclaró Wladimiro Jarmoluk, el hombre que emigró de niño a Argentina.

También remarcó que cuando llegó de Europa, lo hizo a la provincia de Buenos Aires, de allí se mudó a Mendoza, a General Alvear, y aprendió a cultivar la uva y a hacer otros oficios. “Años posteriores, en 1979 vine a Villa Mercedes, por la promoción industrial y me dediqué a trabajar en obras de construcción, nosotros edificábamos las fábricas. Y hoy vemos que allá se construyeron herramientas de destrucción y bombardeo. Todo esto me angustia mucho porque uno quiere que la convivencia y la armonía estén en todo el mundo, y es muy triste lo que está pasando", dijo.

La concentración fue pacífica. Llevaron la bandera azul y amarilla y con nostalgia y angustia pidieron por la paz mundial. El objetivo fue tener un diálogo entre los presentes, ya fueran de otras colectividades o con el público en general que se sumó. “No quisimos hacer caminatas ni ninguna actividad, sino reunirnos para que todos sepan lo que está pasando. Queremos que todos seamos libres, sin guerras ni nada que no colabore con la convivencia de la sociedad”, sentenció Wladimiro.

Las familias llevaron el equipo de mate, cosas ricas para degustar y permanecieron por poco más de una hora. "Pensamos que iba a acercarse más gente. Esta guerra es en este planeta, quizá no se toma conciencia de lo que esto significa, o simplemente no se interiorizan. Pero aquellos que van pasando y preguntan qué estamos haciendo, les contamos que es solo un pedido de paz", remarcó María Elena.

Por su parte, Leonor de Groote, representante de la colectividad italiana, sostuvo que la unión es el camino para salir adelante. "Rusia fue la primera en apostar a la vida enviándonos vacunas para luchar contra la COVID-19, pero ahora están pensando en la muerte con lo que hacen, esto es un daño muy grande", opinó.