17°SAN LUIS - Miércoles 24 de Abril de 2024

17°SAN LUIS - Miércoles 24 de Abril de 2024

EN VIVO

No era el final del Planeta

Foto: Shutterstock

En 1910 se temió por el fin del mundo. El cometa Halley, un hecho inaudito para aquella época, fue visible para todos los mortales. Esa aventura se repitió en un entorno distinto el 9 de febrero de 1986, donde su estela circuló por última vez hasta el momento. Y lo vi, con temor de quedar como un vejestorio.

 

Bautizado con el apellido del astrónomo que calculó su órbita, Edmund Halley, este cometa tiene la particularidad de poder ser distinguido a simple vista desde la Tierra y pasar dos veces durante la vida humana.

 

Ya pasaron 36 años de aquella, mi primera y quizás única experiencia. El verano era caluroso a pesar de la medianoche de ese 9 de febrero. Florida, localidad del partido bonaerense de Vicente López, yacía en un silencio temeroso. Las estrellas regalaban ese paisaje cotidiano, tan habitual, que pasa desapercibido incontables veces.

 

La vista no fue tan clara ni tan espectacular como una escena hollywoodense de Armagedón, por ejemplo. Lo vasto de la oscuridad se vio interrumpido por una estela que aún perdura en la retina.

 

A pesar del sueño, levantarse durante la madrugada a los seis años es un recuerdo que no se olvida fácil, se vivió de manera intensa. Era un hecho inédito e histórico. No había portales digitales, ni cámaras digitales para retratar esa experiencia. La incertidumbre de la falta de información, o al menos la poca que había, le daba ese condimento exótico como el ananá a la pizza.

 

Con esa aparición en la década del ochenta, el Halley se convirtió en el primer cometa observado con detalle por naves espaciales. Pudo comprobarse la hipótesis de “bola de nieve sucia”, de Fred Lawrence Whipple, quien sostuvo que ese fenómeno astrológico estaba compuesto de una mezcla de hielos volátiles (como agua, dióxido de carbono y amoníaco) y polvo.

 

Finalmente no era el apocalipsis, y lejos de ello, este suceso me conecta con la infancia, como todo hecho distinto a esa edad. Esa terraza de la casa ubicada en Valentín Vergara, donde los veranos eran calurosos y las noches repleta de mosquitos. Donde a los ojos les costaba mantenerse abiertos.

 

Lo cierto es que estos fenómenos se convirtieron en más frecuentes, al menos con sus descubrimientos, con la aparición de la tecnología.

 

El tiempo pasa y nos vamos poniendo tecnos, vaticinó Luca Prodan en ese período.

 

Sin embargo, su atractivo no decae: no hace falta ver más que un eclipse. Todos fascinados, salvo que ahora se puede ver desde una computadora, en calidad HD y repetir la experiencia cuantas veces se quiera.

 

Pero para el cometa Halley habrá que esperar para tenerlo registrado.

 

Los chicos del nuevo milenio tendrán la chance de admirarlo en un tiempito, ya que volverá a ser visible desde la Tierra en 2062.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo