NTVG desplegó su topadora de hits sobre un público excitado

Lo advirtió Emiliano Brancciari a poco de comenzado el show que marcó el retorno de NTVG a San Luis. Sería, el del viernes, el recital más largo de los muchos que dieron en la provincia. Dos horas y media después, sobre la medianoche, la palabra del cantante fue confirmada en medio de los aplausos de un público entre la exaltación y la satisfacción.

Aunque la excusa era la presentación de “Luz”, su nuevo álbum, la banda uruguaya recorrió con solvencia sus diez discos y demostró, una vez más, la potencia de un repertorio que se acomoda en el pop, no desentona en el rock, mueve las cabezas del reggae, prende los fuegos del folk, canta coros de murga y, para amoldarse a la actualidad, se anima al trap.

El show empezó como empieza su nuevo disco, con  “Rama”, una canción movida que el público puntano tomó tímidamente, como a la espera de recibir lo que la banda tenía para entregar. Cuando la continuidad se construyó con “Al vacío”, “A las nueve”, “Tan lejos” y “Verte reír” -todos temas de sus discos anteriores- la soltura de la multitud conformó un recital más ameno y cercano.

Sin embargo, en lo musical, la agrupación sintió una ausencia que, lamentablemente, será permanente. A partir de este año, Gonzalo Castex -percusionista, compositor, tecladista, corista, guitarrista y miembro fundador, con Brancciari- no formará parte del grupo y todo su aporte será parte de un recuerdo. Para bien o para mal, NTVG no será lo mismo sin su componente original.

La partida de Castex dejó a Emiliano como el líder sin discusión del grupo (por momentos parece que toda la banda trabaja para su lucimiento) y empuja en el vivo a más protagonismo para el guitarrista Pablo Coniberti -dueño de unos solos punzantes y sangrantes- y al tecladista Francisco Nasser, hijo de Jorge Nasser, gloria de la música uruguaya, fundador del inolvidable grupo “Níquel”.

La inteligencia del grupo para distribuir las canciones a lo largo del recital fue rítmica y argumental y acercó las versiones acústicas de “De nada sirve” y “No necesito más” (solos separadas por la más eléctrica  “Ese maldito momento”); y “Josefina”, una tierna canción del último disco dedicaba a la abuela de Emiliano, con “Clara”, el clásico en ritmo de murga que guarda la historia más potente de las muchas que cuenta NTVG en sus temas.

Son tantas las canciones que tiene la banda para mostrar en el regreso a las giras, que para esta ocasión resolvió hacer un popurrí con algunas infaltables de las que solo tocaron un fragmento a modo de enganchado. “Quisimos que estén, pero de otra forma no hubiésemos podido”, según explicó el cantante antes de la seguidilla de “Detrás del cerro”, “El oficial”, “La única voz” y “Ángel con campera”.

Antes del final, y de algún que otro clásico que la banda hizo en el último tramo y en los bises, llegó el momento de “Venganza”, el tema de “Luz” que tiene la participación de Niki Nicole -presente por medio de una grabación en el recital puntano- y que solo con su potente letra alcanzó para ubicarse entre las más coreadas de la noche. No es poco, en medio de un repertorio enorme que tiene temas que parecen creados exclusivamente para ser cantados por multitudes.

Redacción/MGE