La tradición del fogón de San Pedro y San Pablo volvió al Aleluya

Con expectativa, alegría y emoción, las estudiantes de 6º año de la promoción Feliria del Instituto Aleluya realizaron esta tarde-noche el tradicional fogón de San Pedro y San Pablo, que no se hacía desde 2019 debido a la pandemia.

El frío y el viento no fueron un impedimento para que todas las estudiantes del nivel secundario participaran de una tradición que lleva más de 60 años realizándose en la capital puntana. Cada curso presentó distintas coreografías que interpretaron alrededor del gigante muñeco realizado con papel de diario, cartón y alambre. En total participaron más de 200 alumnas desde 1º a 6º año.  

Este año, las chicas de la promoción Feliria realizaron un muñeco que se parecía mucho al personaje de Davy Jones de la película "Piratas del Caribe". Esta figura, según la tradición cristiana de San Pedro y San Pablo, representa los males de la humanidad, pero que son purificados con la quema de este.

Para llegar a esto, las estudiantes de 6ª año trabajaron diariamente desde principio de junio para concretar este momento y volver a retomar una tradición que se vio truncada por dos años por la pandemia de coronavirus.

La directora del instituto, Soledad Vergés, indicó: “Estábamos esperando esto con mucha emoción, porque hubo promociones que no pudieron cumplir con esta tradición”.

Vergés agradeció la participación y el compromiso de sus estudiantes, pero además al gobierno provincial, el Ejército Argentino, a la Municipalidad y empresas que permitieron que la institución volviera a retomar esta tradición.

La directora destacó que esta actividad comienza a marcar la segunda etapa del año en el colegio y es una parte importante para las chicas que están terminando el secundario, dado que se preparan para despedirse de la vida escolar para seguir avanzando.

En una de las canchas ubicada entre Carlos Pellegrini y San Juan, se congregaron más de mil personas entre padres, estudiantes, amigos, autoridades provinciales, municipales y del Ejército, que se reunieron para disfrutar durante una hora de una celebración que ya es parte de la historia puntana.

El frío y el viento no fueron impedimento para que las estudiantes de todos los años demostraran sus habilidades artísticas al compás de la música. Cada baile representaba los males de la humanidad que fueron eliminados, una vez que las estudiantes de 6º año -vestidas de blanco, que representaba la calma- con antorchas en mano prendieron el gigante muñeco.

Por último, las 42 chicas que este año se reciben rodearon el fogón con sus brazos entrelazados. En sus caras se veía la emoción de concretar un momento tan importante en sus vidas y que comienza a marcar el fin del ciclo escolar para dar paso a nuevos desafíos.

 NTV.