En plena crisis, los fieles volvieron a pedir pan y trabajo a San Cayetano

Aunque todos los 7 de agosto los devotos de San Cayetano acudan a llevar sus plegarias y agradecimientos en todos los rincones del país, este domingo, en Villa Mercedes, las oraciones tomaron más fuerza en plena crisis, para pedir por trabajo y estabilidad económica para llevar el pan a los hogares.

Esta vez, la fecha del santo coincidió con un domingo, lo que hacía presuponer que la convocatoria podría ser mayor. Sin embargo, un cielo gris y cargado, lloviznas intermitentes y un frío repentino pusieron en duda la celebración al aire libre hasta último momento.

Sin embargo, la fe fue más fuerte y cientos de personas se congregaron en el templo que está entre San Cayetano y Urquiza, para comenzar a peregrinar por las calles del barrio apenas unos minutos después de las 16.

"Venimos a agradecer, porque gracias a Dios nosotros tenemos trabajo, pero le pedimos por todo el mundo", dijo Gladys Gay, quien fue preparada con su paraguas para no mojarse. "Vamos a aguantar hasta el final", agregó antes de la misa.

Graciela Rodríguez contó que tiene 60 años y que ha participado de las celebraciones desde que tiene uso de razón. "El pedido es que sigamos teniendo empleo, mis hijos principalmente. La situación económica es muy complicada. A mis 60 años continúo como seguridad en una escuela y hay que agradecer por lo que tenemos. La lluvia no importa", expresó.

La imagen, transportada en andas por varones de la comunidad que se turnaron para llevarla, se abrió paso y muchos vecinos salieron a saludarla desde sus casas. Al mediodía, habían realizado una caravana de vehículos por la mayoría de los sectores de la ciudad, para que la bendición llegara a todos los rincones de Villa Mercedes.

Luego de la novena que se extendió desde el 29 de julio hasta el 6 de agosto, se realizaron seis misas para honrar al santo, en diferentes horarios. Pero la principal arrancó unos minutos después de las 17, cuando la procesión volvió a desembocar en el templo.

En los alrededores del predio, los habituales vendedores intentaron sumar unos pesos. Ofrecieron espigas, estampitas, esculturas y otros objetos religiosos.

Algunos de los devotos se sentaron en los bancos y la mayoría permaneció de pie por el amplio predio de la parroquia. Los paraguas, las camperas abrigadas, las bufandas y los guantes fueron los aliados para soportar un frío cada vez más intenso y una garúa insistente que se hacía lluvia de a ratos.

"Siempre rezamos para que llueva, así que ahora no nos podemos quejar del clima, porque es una bendición que necesitamos y que le hace mucha falta al campo", dijo el obispo Gabriel Barba con el micrófono, antes de comenzar el rezo del rosario.

Luego, encabezó la misa central, acompañado de otros sacerdotes de la ciudad. En el momento de la homilía, reflexionó: "Le vamos a pedir a San Cayetano, en este tiempo tan difícil que está viviendo nuestra Argentina, por la paz, la serenidad, que podamos construir un país sólido, fraterno, donde todos tengamos lugar, donde nos podamos ganar el sustento con el sudor de la frente. El trabajo no es una maldición, es una bendición". Y agregó: "Los bienes que Dios ha creado alcanzan, es necesario hacer una justa distribución y que el eje esté puesto en la dignidad de cada persona. Debemos construir un mundo justo y solidario para que en ninguna mesa falte el pan".

Al finalizar la misa, llegó el momento del tradicional reparto y bendición del pan. Las mismas celebraciones se realizaron en la mañana en la ciudad de San Luis, en la ermita en honor al patrono que está ubicada en las calles Yapeyú y Tomas Jofré.  La imagen del santo fue llevada también en hombros por el barrio ATE mientras rezaban padrenuestros, avemarías y glorias, intercalados con el himno al santo y otros cantos religiosos.

JL  / NTV.