La vida de Marcelo Scrimaglia es un testimonio de superación constante. El villamercedino fue diagnosticado con esclerosis múltiple hace muchos años y se aferró al deporte para recuperarse y alivianar los efectos de la enfermedad. Aunque vive en Catamarca, hace unas semanas volvió a su tierra natal para correr en la media maratón de La Pedrera, donde pese a las dificultades logró llegar a la meta.
Hace unos días, el atleta decidió obsequiar la medalla que le dieron por completar el circuito. Se la envío al exsenador nacional Esteban Bullrich, quien sufre por el avance de otra patología degenerativa, la esclerosis lateral amiotrófica conocida por sus siglas ELA.
Marcelo ya tenía pensado regalarle la próxima presea que obtuviera en alguna carrera, independientemente de la cantidad de kilómetros que lograra. Lo que le importaba, según sus propias palabras, era el valor simbólico que tienen los trofeos para él y que podían servir de apoyo al exministro de Educación en la situación que le toca atravesar.
Se la hizo llegar a través de María Eugenia Vidal, en una visita que realizó a Catamarca hace poco, guardada en un sobre con una nota de aliento. Sin embargo, aclaró que su intención no está ligada a ninguna ideología política, sino que responde a una empatía humana.
El gesto de Scrimaglia, sin dudas, trasciende esas fronteras. Porque la figura de Bullrich, desde que fue diagnosticado el año pasado, también ha logrado imponerse sobre su pertenencia al PRO y ha recibido múltiples muestras de afecto y apoyo de dirigentes de todas las banderas y colores partidarios.
El bonaerense fue dado de alta este jueves, luego de estar internado durante más de veinte días en el Hospital Austral por un cuadro de neumonía que lo puso en riesgo. “La lucha contra ELA continúa”, tuiteó ese día.
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