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Messi levantó una Copa falsa en la foto más icónica del Mundial de Qatar

El capitán de la Selección argentina recorrió el estadio con una réplica hecha por un matrimonio argentino, hasta que Di María le avisó que él tenía la verdadera.

Por redacción
| 04 de enero de 2023
El 10 levantó una imitación de la Copa sin saberlo. Fotos: Internet.

La Copa del Mundo que Lionel Messi mostró de cara a los hinchas argentinos en el estadio Lusail de Qatar, minutos después de haberse consagrado campeón mundial tras imponerse ante Francia, no es el trofeo original de la FIFA. Se trató, en realidad, de una réplica artesanal que un matrimonio de hinchas bonaerenses había mandado a confeccionar en Argentina y llevado a Doha como talismán y una suerte de souvenir. La foto que ha recibido más likes de la historia de Instagram, con más de 74.362.000 de me gusta en la cuenta @leomessi, es entonces la historia de una confusión.

 

 

 

 

La copa apócrifa pasó de la tribuna al campo de juego y terminó en manos del capitán argentino, quien la sostuvo varios minutos sin saber que no era la misma que, un rato antes, había recibido de parte del presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Alertado por su compañero Ángel Di María, el propio Messi se enteró del malentendido un rato después, todavía sobre el césped, y lejos de aparentar cualquier enfado, se lo tomó con gracia.

 

 

 

Una de las imágenes más curiosas fue de un diálogo risueño entre Di María, con la Copa del Mundo entre sus manos, y Messi. Un fotógrafo de Clarín explicó que: “Di María le decía a Leo que había dado la (mini) vuelta (olímpica) con una copa trucha, él tenía la verdadera, por eso se reían”.

 

 

 

Los dueños de la Copa que causó confusión son Paula Zuzulich y Manuel Zaro, de La Plata. “Antes del Mundial contactamos a gente que se dedica a hacer copas y tardó seis meses en fabricarla. Tiene el peso de la original, está hecha con resina y cuarzo en el interior y bañada con una pintura símil oro. Hay algunos detalles, marcas y relieves que no son similares, pero la diferencia es mínima”, detallaron.

 

Manuel y Paula también contaron el recorrido de la copa que Messi y otros jugadores tuvieron en sus manos: “La idea era que los jugadores pudieran firmarla, pero al final la copa entró tres veces al campo de juego. La primera se la llevó un familiar de (Leandro) Paredes, y la firmó. La segunda vez nos la piden y estuvo 45 minutos, pasaba de un jugador a otro, de un familiar a otro, y se sacaban fotos. En la tribuna me decían ‘perdiste la copa’. Nos divertíamos, pero queríamos que volviera. Ahí le grité a un par de jugadores ‘si ves la copa que tiene Paredes es la nuestra’, y al final la trajo Lautaro Martínez, que también la firmó. Ahí vino personal de la FIFA y nos la pidió para confirmar que no era la original”.

 

El trofeo que Infantino le dio a Messi, en realidad, solo había estado en el campo de juego un puñado de minutos: se llama Winner Trophy y, después de ser levantada por el capitán del campeón, vuelve a la casa central de la FIFA en Suiza. Lo que ingresa entonces es una imitación oficial.

 

En algún momento, hubo dos Copas durante más de media hora, una en cada arco en donde festejaban los jugadores argentinos, una la imitación de la FIFA y la otra la falsa argentina.

 

Di María, que al principio de los festejos estaba en la portería opuesta a Messi, explicó: “Los encargados de seguridad me decían ‘por favor no le des la copa a nadie’, y yo les decía ‘pero si allá hay otra copa’, y ellos me dijeron ‘no, no, la que tenés vos es la verdadera, por eso estamos con vos’. Eso fue lo que después le dije a Messi (y de ahí las risas del capitán)”.

 

 

 

A su vez, Pablo contó que un par de horas después de los festejos se enteró que el 10 de Argentina había tenido en sus manos la copa que él había mandado a confeccionar: “Cuando empezamos a ver las fotos nos dimos cuenta de que Leo la había levantado. Vimos detalles, sobre todo de la parte de abajo (la base), que confirmaron que era la nuestra. Antonella (la mujer de Leo) levantó esta copa, también uno de los hijos de Messi”.

 

Lejos de querer jactarse —de hecho todo se trató de una confusión ajena a sus planes—, Pablo y Paula compartieron su historia, que al principio fue festejada. Otros hinchas, en cambio, arremetieron contra el matrimonio, que cerró sus redes y no volvió a tener aparición pública. En su casa guardan la copa más festejada de la historia, aunque sea apócrifa.

 

 

 

 

Fuente: El País.

 

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