A reventar las urnas

La siguiente es una opinión sobre algo que no pasó y a modo de conjuro de un escenario que seguidores de La Libertad Avanza vienen azuzando desde el día posterior a la primera vuelta electoral, en la que el candidato autopercibido león cosechó casi el 30% de los votos del electorado, ubicándose segundo después del candidato del frente Unión por la Patria.

Tal vez el optimismo exacerbado los llevó a no soportar la frustración de no evitar el balotaje cumpliendo con el vaticinio de “primera vuelta la p… que lo parió” entonado tras el resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, y solo pudieron apelar a acusar “irregularidades” en el escrutinio ante los medios porteños de alcance nacional para darse una explicación de lo sucedido.

La semana pasada, el propio candidato, Javier Milei, manifestó que hubo “irregularidades de semejante tamaño que ponen en duda el resultado”, durante una entrevista que le realizó el presentador peruano Jaime Bayly y que se transmitió por una señal del país que en junio de 2021 atravesó por una seria crisis electoral.

A pesar de que la Justicia Electoral desmintió tal afirmación y de que ninguno de los apoderados del espacio libertario presentó denuncias formales, los referentes del neófito espacio continuaron nutriendo la humífera consigna: “Si circula con tanta virulencia en las redes lo que la gente plantea como fraude, es señal de que la gente tiene esa sensación de que algo ha pasado”, dijo Guillermo Francos, figura que ocuparía la eventual Jefatura de Gabinete si el próximo 19 de noviembre el nuevo delfín de Macri se hace con la Presidencia.

Y es en redes en donde el fantasma se anaboliza. “Te robaron la elección, Javier. La casta tiene miedo”, reza el comentario de un usuario que solo tiene 7 publicaciones en el perfil oficial de Instagram del candidato de LLA.

El hilo conductor con las campañas de Donald Trump en 2020 y Jair Bolsonaro en 2022 se ve no solo en la aparición de asesores y especialistas en marketing político y redes sociales en común, sino también en la fuente que abreva la teoría de las elecciones fraudulentas: incentivar “la sensación” y utilizarla como motor.

Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil lo lograron. Y el malestar derivó en sus intentonas golpistas que hoy los tienen a ambos como foco de la Justicia de cada país.

El domingo habrá dos boletas en cada cuarto oscuro, a pesar de que la Justicia Electoral advirtió que LLA imprimió boletas por 4 millones de pesos, cuando el presupuesto asignado fue de 390 millones, y que entregó menos de un cuarto del número estimado necesario, y tres opciones para sufragar.

Sea cual fuere el resultado, y sin importar quién gane ni por cuánta diferencia de votos lo haga, será legítimo y lo que el pueblo haya elegido.

Así de claro lo debemos tener las personas con espíritu democrático para conjurar cualquier intento de deslegitimación del resultado, que vienen guisando a fuego lento los reaccionarios que ya supieron justificar el fraude patriótico y hasta se animaron a hablar de voto calificado, que pueda resultar en escenarios similares a los de enero del 2021 en el Capitolio de Washington DC, y de enero del 2023 en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia.

Reventar las urnas es la forma de evitar cualquier fantasma golpista.