El diputado Alberto Leyes, que traicionó al peronismo para pasarse a las filas de Juntos por el Cambio/Avanzar, cerró la semana convirtiéndose en otro de felices integrantes de la familia de Martín Autos, que le dio una afectuosa bienvenida.
La foto de Leyes y su señora, con una sonrisa bien amplia al lado de la "máquina" que acababan de recibir, circuló a la velocidad luz o como reguero de pólvora en las diferentes redes sociales.
Por supuesto, los comentarios para nada lo favorecían y menos aún en el contexto de la bronca generalizada que invade a los estatales y comerciantes puntanos por el "garrotazo" o "golpe al hígado" que sufrieron por las medidas anunciadas por su jefe político Claudio Poggi.
Además, este logro del calerino, directamente y hasta con cierta picardía, fue relacionado con el olor a "compra de voluntades" en la Cámara de Diputados, con el solo propósito de darle mayoría al nuevo oficialismo provincial.
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