Ramón es afilador y logró que su oficio perdure en el tiempo
Restaura cuchillos, tijeras, máquinas de cortar fiambre entre otros elementos de origen metálico.
Ramón Pastrana tiene 67 años, es oriundo de la localidad de San Martín, provincia de Mendoza, pero vive en Villa Mercedes desde hace más de 30 años. Desde entonces realiza el oficio de afilador con mucha pasión. Restaura cuchillos, tijeras comunes y de podar, también máquinas de cortar fiambre y varios elementos metálicos. Además de afilar, hace otras tareas: de electricidad y colocación de membrana.
Durante la semana, desde las 9:30 y hasta las 13:30, recorre las calles más céntricas de la ciudad. Y los sábados llega a diferentes barrios como el Jardín del Sur, Altos del Oeste, Mil Viviendas, La Ribera, entre otros.
La manera de mostrarse y que los vecinos lo soliciten es mediante el sonido de su flauta, al estilo de todos los afiladores. “Existen diferentes modos de tocarla, algunos solo la soplan, yo por ejemplo, digo la palabra ‘afilador’ y eso genera una melodía particular. Así logré que las personas me identificaran y salgan a la vereda cada vez que escuchan el sonido y puedan requerir mis servicios”, expresó orgulloso Ramón. El proceso puede durar aproximadamente unos diez minutos por elemento.
Creó su bicicleta de trabajo de a poco y con mucha dedicación. Primero recibió la ayuda de un pariente y luego la acomodó a su gusto. Además de la pulidora, que es lo que más precisa, en la parte de adelante le agregó una caja con herramientas que utiliza habitualmente y atrás un soporte para estacionar el rodado de una manera más cómoda.
Todos los días llega a su casa y la revisa para mantenerla en correcto funcionamiento. Controla que no esté desinflada o pinchada, además, verifica que la piedra con la que afila esté siempre en buenas condiciones. "Me gusta brindar un buen servicio para mis clientes, por eso chequeo a diario que todos mis elementos estén bien", dijo.
El hombre que vive en el barrio Villa Celestina contó: “Aprendí la profesión a través de mi concuñado que vive en Rosario y se dedica a lo mismo. Él me incentivó para que aprendiera a afilar, además me instruyó y enseñó todo lo que necesitaba saber para incursionar en el rubro”, manifestó y agregó: “Fue realmente un camino de ida, amo hacer esto”.
“La respuesta de los vecinos es muy positiva, ya me conocen y me contratan seguido", contó y agregó: "Todavía la gente necesita de este oficio, lo que más me piden es afilar cuchillos, yo recomiendo que lo hagan cada tres meses para que siempre corte bien".
Por otro lado, Ramón conoció a los 50 años otra pasión: la de correr. Ha participado en múltiples competencias y formó parte de diversos equipos. Por ejemplo, en la última edición de la maratón de la Calle Angosta no solo finalizó los kilómetros, sino que logró coronarse segundo en su categoría. Hoy mantiene su rutina de salir a correr día por medio y además comenzó a entrenar a jóvenes que desean iniciarse en la disciplina.
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