Condenaron a perpetua al femicida de María Soledad Zalazar

La familia de María Soledad Zalazar podrá cerrar un capítulo oscuro y avanzar en el duelo por la pérdida de la joven. Ayer, un tribunal de la Cámara de Apelaciones de la Tercera Circunscripción Judicial condenó a prisión perpetua a Luis Ramírez por el femicidio de quien era su pareja y madre de su hija, ocurrido en enero de este año en la localidad de Concarán. La familia de la víctima se mostró conforme con la sentencia y ahora buscará la custodia definitiva de la hija en común de Zalazar y Ramírez.

El debate oral comenzó este miércoles, tuvo una única audiencia con la declaración de 26 testigos y, tras una jornada extensa, los jueces Sandra Elizabeth Piguillem y los vocales María Claudia Uccello y Gustavo Daniel Sanchiño emitieron el fallo por la tarde.

En diálogo con El Diario, Lorena Guzmán, hermana de la víctima, agradeció el trabajo de acompañamiento y asesoría legal de la Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad y comentó que la familia “está conforme con la pena. No esperábamos menos que perpetua”. También se refirió a la situación de la hija de dos años que la mujer tenía en común con el femicida y que está bajo la guarda de Carla Guzmán, otra hermana de María Soledad. “Vamos a buscar la tenencia plena, ella está bien y ahora buscamos paz”, agregó.

María Elena Aparicio, abogada de la Secretaría de la Mujer, destacó que el tribunal haya asumido la perspectiva de género para el tratamiento del caso. “Con este fallo se suma un precedente muy importante. La Justicia de San Luis comienza el camino de amoldarse a los tratados internaciones”, celebró. También refirió que la secretaría acompañará a la familia de la víctima en el proceso de buscar la tenencia de la menor. “Actualmente tienen la custodia, pero quieren tener la tenencia plena”, indicó. La guarda había sido concedida a una de las tías por el juez de Familia, Niñez, Adolescencia y Violencia, Carlos Hugo Orozco.

Violentada

Ramírez fue declarado culpable por el mismo delito por el que llegó acusado: “Homicidio agravado por el vínculo y por haber sido cometido de un hombre hacia una mujer mediando de violencia de género”, el nombre técnico del femicidio.
Para la fiscal Débora Roy Gitto, que instruyó la causa y la elevó a juicio, la violencia de género a la que era sometida la víctima quedó acreditada por testimonios de amigos y personas cercanas al margen de la ausencia de denuncias previas formales. 

La escalada de esa violencia tuvo su desenlace fatal el 15 de enero a la noche. Ese día Zalazar tenía planes de salir con sus compañeras de trabajo a divertirse. Hacía unos seis meses que se había mudado de su San Martín natal a Concarán, y hacía un mes y medio que trabajaba en una casa de comidas frente a la plaza San Martín, donde trabó amistad con algunas chicas. Con una de ellas había coordinado salir a bailar a un boliche del pueblo cuando terminaran la jornada laboral.

Cada una fue a su casa a prepararse, pero Zalazar nunca llegó a la cita: cerca de las 3:30, Ramírez la apuñaló con un cuchillo de cocina en el comedor de la vivienda que compartían en el barrio Jardín. Una herida fue en el cuello y la otra en la zona lumbar. Según el informe forense, la joven de 22 años murió por un “shock hipovolémico a causa de una hemorragia profusa aguda” generado principalmente por el corte en el cuello, de unos 12 centímetros de longitud; la otra lesión le afectó gravemente su riñón derecho.

A pesar del esfuerzo de los médicos, murió en el Hospital “Madre Catalina”, de Merlo. Inmediatamente después del ataque, Ramírez acudió a la Comisaría de Concarán, donde confesó el hecho y quedó detenido. Días más tarde fue procesado con prisión preventiva hasta el inicio del debate, que tuvo su audiencia de control de acusación a principios de mayo.

Su condena “es un paso hacia la Justicia en un contexto de creciente conciencia sobre la necesidad de poner fin a la violencia de género y garantizar la seguridad de todas las personas, independientemente de su género”, destacó ayer Aparicio.

Redacción/MGE