Vuelve la cultura y los cocktails: reabre Casa Mollo

A poco menos de cumplir tres años, Casa Mollo renovó su atractiva decoración y la presentó en una noche que tuvo la inauguración de "Asfixia", la nueva muestra de Gabriela Toledo, y el show en vivo de "Ritual Percusión", aplaudidos por los amigos del lugar que se acercaron a la reinauguración.

Lo que en las redes sociales se anunció como el cierre por vacaciones de la casona ubicada en Rivadavia casi Pedernera fue en realidad una semana de trabajo arduo para una remodelación de algunos espacios y definir una agenda de espectáculos que promete ser muy activa durante todo el año.

El responsable de la nueva puesta del lugar es Gerardo Masman, artista plástico, curador y, en algunos casos, restaurador de las piezas antiguas que estaban en la vivienda y que ahora son exhibidas como objetos de arte antiguo. Junto a sus socios, Marcos Azor y Matías Domínguez, Masman se mostró entusiasmado con lo que está por venir.

Este jueves, por caso, hay una "Experiencia creativa" comandada por Paula Gerónimo, un set del DJ Emmanuel Erre, y la presentación de "San Luis Trío", el grupo formado por los ex "Intercontinental".

Ya desde el zaguán de ingreso, la casa muestra algunas ideas atractivas, como en un juego de espejos, conseguir que los retratos recuperados de Cresencio y María Mollo, los inmigrantes llegados a la provincia al principio de 1900 y primeros habitantes de la casa, se observen de modo permanente.

En cada habitación de la residencia —convertida ahora en un bar y restaurante con escenario al aire libre, bajo un parral— hay una historia que Masman cuenta en las visitas guiadas que dirige personalmente los lunes, miércoles y viernes a las 20:30 y a las 21:30. Así, el despacho de Luis José Mollo, ingeniero y único hijo varón del matrimonio, tiene sillas voladoras y una biblioteca en donde se pueden encontrar desde recopilaciones de las cartas de Mariquita Sánchez de Thompson y Juan Manuel de Rosas hasta obras de Liliana Bodoc y un ejemplar de "Pizza con champán", la investigación periodística de Sylvina Wagner sobre la década menemista.

"Todo lo que mostramos estaba en la casa. La última hija de los Mollo falleció hace unos 20 años, por eso hay cosas más de esta época", dijo Massman, encargado también, por ejemplo, de la restauración de una réplica de "Daneë", la célebre obra de Tiziano, cuyo original se preserva en la Scala de Milán, que encabeza una de las habitaciones.

En todos los ambientes de la vivienda —intervenidos con el buen gusto de Gerardo— hay frases pegadas en las paredes (de Sor Juana Inés de la Cruz, de Isabel Allende, de Séneca, de Simone de Beauvoir, de Mercedes Sosa) que refuerzan la idea que se quiere transmitir. En un patio interno flotan del techo seis candados y 48 llaves; en una pared se colgaron todos los teléfonos antiguos que estaban en la casa; en otra, todas las actividades de un círculo cultural al que perteneció la familia; en una habitación hay un piano de cola que espera un afinador para ponerse en funcionamiento, y en el que fue el dormitorio del matrimonio, se establece la cama matrimonial elevada y un altar con fotos de las mujeres de la familia mezclada con imágenes sacras.

Las instalaciones albergaron, a lo largo de tres años de vida como centro cultural, numerosas exposiciones de artistas puntanos que, como testimonio de su paso por el lugar, donaron al menos una de sus creaciones que ahora forman una galería especial con el pasado reciente de la casona. "Nuestro objetivo es que los artistas de San Luis sientan que tienen en este lugar un sitio para mostrarse", sostuvo Massman.

La noche de la reinauguración, las mesas del patio estuvieron completas de clientes que disfrutaron de las promociones, la buena música y toda la carga histórica de la casa de una tradicional familia puntana ahora convertida en punto de diversión diario.