La falta de políticas públicas y la urgencia de regular la ludopatía digital

En un contexto donde 4 de cada 10 adolescentes apuestan en casinos online, y la publicidad de estos juegos es constante, la ausencia de políticas públicas que aborden la ludopatía digital es alarmante. Mientras ciertos sectores se presentan como defensores del bienestar digital, los proyectos de ley destinados a regular estas plataformas y prevenir las adicciones siguen sin tratamiento legislativo. Esta falta de acción deja expuesta a una generación a riesgos graves y no puede ser ignorada.

Las autoridades responsables de diseñar campañas de prevención y educación digital parecen más centradas en construir relatos que en aplicar políticas concretas. A pesar de que la inclusión digital es un derecho en San Luis, los controles y regulaciones sobre el acceso al juego online son inexistentes o ineficaces, permitiendo que las plataformas operen libremente sin ninguna responsabilidad real.

El aumento de adolescentes que apuestan y la expansión del juego online sin restricciones ponen en evidencia la desconexión entre los discursos oficiales y la realidad. No es suficiente lanzar campañas publicitarias que "alertan" sobre los riesgos cuando no se proporciona a los docentes, familias y jóvenes las herramientas adecuadas para enfrentar este problema. Tampoco basta con hablar de preocupación por la adicción digital mientras no se legisla para limitar el acceso y la influencia de las plataformas de apuestas en la vida de los jóvenes.

Los proyectos de ley que buscan regular el juego online y prevenir la ludopatía digital, presentados este año, ofrecen una solución real a la crisis que vivimos. Estos proyectos plantean medidas claras: regulaciones para las plataformas de apuestas, programas de educación para docentes y jóvenes, y un control estricto de la publicidad dirigida a menores. Sin embargo, la falta de voluntad política para tratar estos proyectos refleja una negligencia alarmante.

Es urgente que la legislatura deje de ignorar la situación. La ausencia de regulación está permitiendo que una generación se vea atrapada en un círculo de adicción digital que, de no ser abordado a tiempo, afectará gravemente su salud mental, su economía y sus relaciones familiares. Las estadísticas son claras y las evidencias sobre el impacto negativo del juego online crecen cada día.

No es una cuestión de eliminar la tecnología o prohibir el juego, sino de establecer un marco legal que proteja a los más vulnerables y fomente un uso responsable de las plataformas digitales. Las campañas educativas son esenciales, pero sin regulaciones firmes que las respalden, no son suficientes para detener la ludopatía digital. Las plataformas de apuestas deben ser responsables de los daños que generan, y las autoridades deben asumir su rol en la protección de la sociedad.

Sin embargo, es crucial también revalorizar el enorme potencial que tiene la tecnología y la inteligencia artificial cuando se utilizan de manera adecuada. Estos recursos pueden ser herramientas poderosas para la educación, la innovación y el desarrollo personal. Lo que pedimos es un acompañamiento efectivo en este proceso digital, que garantice que los jóvenes puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrecen, mientras se minimizan los riesgos asociados. El futuro digital puede ser brillante si se basa en principios de seguridad, educación y responsabilidad.

En definitiva, la solución no radica en seguir construyendo relatos que diluyan la urgencia del problema, sino en implementar leyes que realmente protejan a nuestros jóvenes y promuevan un bienestar digital integral. La negación del tratamiento legislativo a proyectos de ley que buscan regular este fenómeno solo demuestra que el Estado no está dispuesto a enfrentar esta crisis de manera efectiva. Necesitamos acción, y la necesitamos ahora.