Sexo, moda y rock and trap

En el rubro musical, puede que Abel Pintos y Luciano Pereyra, por convocatoria y por el espíritu familiar de su propuesta, hagan un poco de sombra. En el fútbol, Lionel Messi y Rodrigo De Paul armaron una pareja invencible en lo que se propongan, acaso más férrea que la que unos metros más atrás componen Cristian “Cuti” Romero y Nicolás Otamendi. Pese a que la mayoría de los puntanos no los pueden ver, Rodolfo Barrilli y Cristina Pérez conforman con idas y vueltas otra dupla exitosa. Pero será difícil que alguna le robe a Ca7riel y Paco Amoroso el título de dúo más caliente del 2024.

La edición de “Baño María”, un disco de doce temas que no tardó en instalarse entre sus seguidores, y la grabación de su Tiny Desk que consiguió alcance continental fueron solo dos componentes de un 2024 consagratorio, que podría ser, a la vez, un punto de despegue. 

Catriel Guerreiro tiene 30 años y conforma junto al escritor César Aira y la cantante Celeste Carballo una suerte de trilogía célebre de Coronel Pringles, la localidad bonaerense que debe su nombre al prócer puntano y que está a 500 kilómetros de Buenos Aires. Pese a su lugar de nacimiento, se reivindica porteño ya que vivió desde los 7 años en La Paternal y fue allí donde desarrolló la mayor parte de su vida. Allí se recibió de profesor de Música y comenzó a tocar en bandas de heavy metal. Se hace llamar Ca7riel.

Ulises Guerriero tiene un año más que su compañero y nació en La Paternal, el barrio donde conoció a su socio artístico con quien hizo los primeros pasos en el rock. Luego se fue a vivir a La Boca pero siempre continuó en contacto con su amigo, principalmente porque tenían que llevar adelante el grupo. Se hace llamar Paco Amoroso, ideal para un cantante de boleros. Pero su palo el trap. 

De repente, los chicos que se pasaban escuchando “Yes” o el metal más pesado empezaron a ver que en ese género mezclado con el hip hop y la electrónica había un lenguaje que desarrollar, algunas inquietudes que correr. Y hacía allá fueron como parte de una camada que hace ya diez años domina la escena. 

El gran paso del 2024 para Ca7riel y Paco fue el Tiny Desk que grabaron hace unas semanas en Nueva York y que les permitió, más allá de mostrar tres temas de su nuevo disco, exhibir una preocupación constante en la mirada de la dupla: la moda. 

Desde el gorro de peluche que usó Paco hasta el saco con corazones que se puso Ca7riel, todo pareció debidamente estudiado para crear una estética que poco tiene que ver con la intrigante pulsión sexual que exponen los cantantes en cada paso, en cada recital, en cada canción. 

Para la grabación, los músicos argentinos que los acompañaron se pusieron una remera blanca con una estampa de su propia visa de trabajo, que debieron tramitar para ser parte de la toma y los sesionistas estadounidenses -integrantes de la cuerda de vientos- lucieron una remera con sus propias caras. Para estar en la onda, las dos coristas se hicieron estampar las caras de Paco y Ca7triel con un filtro fotográfico y, finalmente, Amoroso se dejó ver con una remera en la que Roly Serrano interpreta a Diego Armando Maradona. Cuando su compañero se sacó el abrigo lució una remera de “Narcomodelo”, una marca argentina. 

Si “Ouke”, aquel tema en el que contaban que fumaban “flores con Lamothe”, fue su primer éxito, para la composición de las canciones de “Baño María” los chicos redundaron en nombres propios tan disímiles como fáciles de rimar. Amy Winhouse, Aruki Murakami, Tini Stoessel, Andrea Pirlo, Frank Sinatra, Wanda Nara, Natacha Jaitt y Lola Indigo desfilan en la pasarela glamorosa que son las canciones de la dupla. 

El factor omnipresente en la poética de Guerriero y Guerreiro es, en sintonía con el trap, el sexo. Hay una sensación de llegada orgásmica en cada verso que se multiplica en el vivo, con los cantantes en torso desnudo, transpirados, dispuestos a mantener el acto ahí mismo en caso de ser posible. Y, otra vez como un encuadre propio del género, en concordancia con el reggaetón, es el trasero femenino su objeto más preciado. 

Esa búsqueda rara vez se vale de metáforas, como tampoco los compositores se esforzaron demasiado en buscar dobleces para llamar a las chicas. A veces en inglés, a veces en castellano, con un tono que vaya a saber por qué rara vez resulta despectivo para sus seguidoras, las menciones como “prostitutas” son continuas. En boca de Cacho Castaña, Cacho Garay o Gustavo Cordera, una canción así les hubiera valido el destierro. La cancelación. Cuando no la cárcel. 

El beso a Wanda Nara en la presentación del disco en el Luna Park que tuvo su consecuente rebote mediático, la confesión por parte de Paco de haber pasado una noche con Adriana Aguirre y las referencias constantes a noches, tarde, madrugadas y mañanas de sexo desenfrenado se suman a la postura corporal de la dupla, que no para de provocar tanto sea con sus miradas como con sus movimientos pélvicos. Una suerte de Beavis y Butt- head sin tanta necesidad de evacuación.

El martes 15 de este mes, la dupla se presentó en San Luis como parte de la gira de promoción de su nuevo disco y dio una demostración más de su mirada calenturienta de la adolescencia extendida. Además de los meneos constantes que son parte del show, fundamentalmente Ca7triel provocó con su sexualidad permanente. En un momento en el que le tiró agua al público para que se refresque en la caliente noche de “Comuna”, se puso la botella a lo “Dibu” Martínez y simuló eyaculaciones gruesas.

Por supuesto que en ese juego de seducción, el público es parte también de la maniobra. Una chica que estaba en las primeras filas se sacó una tanga y se la tiró al cantante, quien atento a todo la tomó en el aire, la olió, la besó y se la puso en la cara, como una máscara diminuta de lencería fina. 

De todos modos, minimizar el talento de los muchachos a sus ocurrencias sexuales u onanistas es injusto para un grupo que encontró en la mezcla del rap, trap, rock y música electrónica un signo de los tiempos que es mucho mayor a la casualidad de que justo la persona con la que comparten una historia musical tiene en su apellido solo una vocal cambiada.

En el rubro musical, puede que Abel Pintos y Luciano Pereyra, por convocatoria y por el espíritu familiar de su propuesta, hagan un poco de sombra. En el fútbol, Lionel Messi y Rodrigo De Paul armaron una pareja invencible en lo que se propongan, acaso más férrea que la que unos metros más atrás componen Cristian “Cuti” Romero y Nicolás Otamendi. Pese a que la mayoría de los puntanos no los pueden ver, Rodolfo Barrilli y Cristina Pérez conforman con idas y vueltas otra dupla exitosa. Pero será difícil que alguna le robe a Ca7riel y Paco Amoroso el título de dúo más caliente del 2024.