Muertes que ya no importan

Por Raquel Wolansky

San Luis fue la primera provincia del país en tener una Secretaría de la Mujer, en 1986. Supimos ser una provincia a la vanguardia de los derechos de las mujeres y diversidades. Distintas leyes de paridad y de inclusión lo avalan.

Hace poco más de un año recibimos a más de 150 mil asistentes de todo el país en el 35º Encuentro Plurinacional. Su organización y compromiso nos dio una ministra nacional, Ayelén Mazzina. La primera mujer puntana en llegar a un cargo nacional de primera línea.

Pero nada de esto alcanza y siempre falta. Porque el enquistamiento histórico de la violencia machista no desaparece con un ministerio o una secretaría, pero ayuda, acompaña, genera políticas y asiste. No te hace sentir tan sola.

Lamentablemente a solo dos meses de 2024 ya lloramos a Zoe Pérez, de La Toma. Tenía 17 años y empezaba en días su último año de secundaria. Toda una vida por delante arrancada por uno, dos o vaya a saber cuántos hombres.

Y como la mamá de Zoe, sus amigas, sus vecinas, sus profesoras, las mujeres de San Luis volvemos a sentirnos más solas y con más miedo que nunca, con un Estado totalmente ausente que transformó la Secretaría de la Mujer, Diversidad y Género en una mera “Dirección”, dentro de un Ministerio que aglutina desarrollo humano, infraestructura, vivienda, inclusión, infancia, y que en la actualidad, a tres meses de gobierno, no tiene ni siquiera una persona a cargo.

Como en San Luis, las políticas de derecha avanzan y sus odios también. Solo el año pasado, los femicidios crecieron en el país un 33%. Hubo (contabilizados) 322 casos. Un caso cada 27 horas y en la provincia cuatro: Soledad Salazar, Norberta Selva Díaz, Margarita Quiroga y Mirta Escudero. Pero ya nadie habla de eso. Parece, dejó de ser noticia.

Nos hicieron creer que el “feminismo pasó de moda”, que a nadie le importa, y que era un gasto innecesario. Hoy lloramos a Zoe, que no va a volver. También padecemos un Estado lejano y frío.