Homenaje a Liliana Bodoc, a seis años de su muerte

A seis años de la muerte —todavía sorpresiva, todavía dolorosa— de Liliana Bodoc, un grupo de férreos seguidores de la escritora se reunieron en una librería del centro de la ciudad para recordarla y homenajearla. La emoción, la remembranza, las historias y la vida de la autora se entrelazaron en una tarde que pareció observada por el espíritu inquieto y presente de la creadora.

Romina Bodoc, hija de Liliana, de increíble parecido físico, y Clara Bennardis leyeron textos propios y de la homenajeada, y condujeron un acto literario que recorrió la existencia de la escritora sin confín. Unas 50 personas escucharon atenta y silenciosamente, rodeadas de libros, en el piso superior de Yenny, la librería de Colón y Belgrano que realizó la oportuna convocatoria.

“Creemos que la voz de Lili continúa vigente, por eso estamos celebrando la vida, su transformación, porque más allá de su muerte, ella está presente con nosotros”, dijo Romina, quien destacó la “cercanía y la familiaridad” que la autora generó con sus lectores.

De eso se trató buena parte del homenaje: de mostrar a la escritora como una mujer que vivía con pasión la literatura, pero también las cosas cotidianas. Una buena idea de los organizadores fue entregar souvenirs consistentes en pequeños panes en canastitas, para describir otro de los placeres de Bodoc: amasar pan casero. En la cita que tiene el recuerdo, la escritora de "El perro del peregrino" compara el hecho de hacer pan con el de contar un cuento y los describe como "las costumbres más antiguas del amor".

Llegado sobre la hora para ser un mero asistente del acto, Galileo Bodoc, el otro hijo de Liliana, se mantuvo en un tranquilo segundo plano hasta que, sobre el final, se animó a tomar el micrófono y, tal su estilo, brindó frases contundentes: “Este es el primer reconocimiento —dijo— que le hacen en San Luis a mi madre”.

En sintonía con Romina, el descendiente de Bodoc reconoció que aunque su madre nació en Santa Fe, pasó gran parte de su vida en Mendoza y en Buenos Aires la tienen en alta consideración, el lugar que Liliana eligió por voluntad propia para vivir fue El Trapiche. “Desde chicos veníamos de vacaciones y nos dimos cuenta de que ella amaba ese lugar”.

Las virtudes literarias de Liliana fueron expresadas por la hija y por Bennardis en un recital poético (que tuvo a la muerte como eje temático), intervenido, además, por las canciones interpretadas por Trinidad Noseda y Alcides Alcón, en caja coplera, guitarra y voz. “Elegimos a Lili —dijo su hija— también por su palabra política, siempre a favor de la educación y en contra del pensamiento hegemónico”.

Uno de los momentos más trascendentes de la tarde fue la lectura a dos voces del prólogo de “Los días del venado”, la novela que dio inicio a la trilogía conocida como “La saga de los confines”, la obra más reconocida de Liliana.

Para ser sede del homenaje, la librería presentó una ornamentación especial en su vidriera de la calle Belgrano, con todos los libros de Liliana más otros con alguna relación estética con su obra, como los de J.R.R. Tolkien.

Redacción / NTV