A once años de la revolución Francisco

Un día como hoy, en la Ciudad del Vaticano, el Cónclave de 2013 eligió como Papa a monseñor Jorge Mario Bergoglio, procedente de Argentina y quien adoptó el nombre de Francisco, en honor al santo de Asís.

Fue el primer pontífice de Sudamérica y el primer hincha de San Lorenzo, claramente.

“Cuervo” hasta la médula, Bergoglio revolucionó a la comunidad religiosa mundial, no solo a la católica. Ahora, quizás los tiempos no soplan tan fuerte con un duro traspié que lo lleva de enfermedad tras enfermedad.

El pontífice de 87 años sufrió un cuadro de bronquitis que lo mantuvo afuera de la agenda durante dos semanas, pero el fin de semana se lo notó mejor.

La reciente gripe y bronquitis de Francisco comenzaron el 24 de febrero de este año, cuando se vio obligado a cancelar reuniones varios días.

Durante gran parte de las dos últimas semanas, sus ayudantes le leyeron los discursos después de que él hiciera breves introducciones explicando que estaba cansado.

El 28 de febrero, Francisco acudió a un hospital cercano al Vaticano para someterse a un chequeo que, según fuentes médicas, incluyó una tomografía computarizada. De joven, en su Argentina natal, a Francisco le extirparon parte de un pulmón.

Para junio de 2013, el Vaticano se remodeló. Los turistas, no importó su religión, tenían una cita obligada en Italia.

De pronto, la capacidad se vio desbordada como nunca antes, al menos durante el período del mandato de Benedicto XVI. Hubo renovación del edificio.

Entrar a la Capilla Sixtina era un lujo. No solo por el dinero, sino también por el tiempo de espera, debido a la cantidad de asistentes. Ese templo que guarda en sus techos las pinturas de Miguel Ángel estaba abarrotado de personas que miraban al cielo, sin poder sacar fotos.

Habló de la pobreza, criticó a los gobernantes que apuestan a las guerras y protegió a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia. No le tembló el pulso. Hasta recibió al presidente Javier Milei, después de las críticas.

Canonizó a los papas Juan Pablo II y Juan XXIII. Declaró santa a María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, en una ceremonia que movilizó espiritualmente a Santiago del Estero.

Francisco trajo un aire renovador a la comunidad católica. Si fue bueno o malo será juzgado por el tiempo. Lo que es indudable es que su pontificado no fue uno más; quedó sentado en la historia.

Pero para balances… aún hay tiempo.