Alumnos de la "Montessori" crearon un repelente natural
Los jóvenes de la escuela especial y una profesora crearon el producto con hojas de aguaribay.
Por redacción
| 12 de mayo de 2024
Siete estudiantes trabajaron en la propuesta que surgió cuando el producto escaseaba. (Foto: Juan Andrés Galli)
Alumnos de quinto año de la Escuela Especial N° 6 “Doctora María Montessori” fabricaron un repelente natural para combatir a los mosquitos que transmiten la enfermedad del dengue. Los jóvenes, junto a una profesora, utilizaron las hojas del aguaribay que está en el patio de la escuela para fabricar el producto.
Natalia Garbero, la docente a cargo de la propuesta, le contó a El Diario de la República que la idea surgió con el comienzo del ciclo lectivo 2024, cuando había un alto porcentaje de casos de la patología y escasez de repelentes en el mercado.
“En primera instancia comenzamos a trabajar en todas las tareas de prevención, como el vaciamiento de cacharros y la limpieza de patios. Mientras tanto, investigamos y buscamos información sobre cómo realizar un repelente casero”, expresó Garbero.
Añadió que el primero que hicieron fue con esencia de vainilla y agua. Durante la entrevista, los chicos comentaron que esa elaboración tenía un aroma dulce, pero que lo probaron por curiosidad (lo aplicaron en la piel y le tomaron el gusto con la lengua) y notaron que era amargo.
La docente reveló que en el patio de la escuela cuentan con un árbol de aguaribay, también conocido como pimiento, que tiene muchas propiedades. “Las hojas despiden un ácido que funciona como repelente”, dijo.
Durante la recolección de datos, descubrieron que todos los asistentes del colegio se iban al patio para ubicarse debajo de la especie, porque en marzo aún hacía calor, y se sorprendieron al ver que en esa zona no se acercaban los mosquitos.
Para el proceso de producción, primero cortaron las hojas del árbol, que tiene una especie de aceite, y las dejaron macerar en alcohol dentro de una botella durante quince días en un ambiente cerrado y oscuro. Luego, quitaron las hojas y quedó solamente el líquido, que distribuyeron en diferentes dispensadores con atomizador.
“Buscamos que los adolescentes puedan educar a sus familias, por eso se llevaron una receta y la trabajaron en sus casas”, comentó la profesora.
Otra forma de fabricar el repelente, pero en menos tiempo, es colocando unos cuatrocientos gramos de hojas de aguaribay en cinco litros de agua y dejándolas hervir. Lleva un proceso de maceración de dos días y queda listo para distribuir.
“Como opcional, además de la materia prima necesaria, le podemos agregar unos trocitos u hojas de limón, para darle un olor agradable”, destacó Garbero.
Los chicos que estuvieron involucrados son siete: Joaquín, Luciano, Nahuel, Axel, Ángel, Mariana y Ana, quienes además de esta experiencia en particular habitualmente trabajan con la naturaleza.
“Es creer o reventar, pero ninguno de quienes utilizamos el repelente tuvo dengue, ni quienes asistimos a la escuela ni las familias. Además, colocamos en las aulas una rama del árbol porque también funciona para espantar a los mosquitos”, manifestó la profesora de educación especial. Reveló que también planean fabricar un repelente en crema.


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