Un pozo con cubiertas rellenas de arena, el campo de tiro de Poggi
En la apertura de lo que parece una zanja, dijo que no se hacían prácticas hace siete años. Faltó a la verdad. Se desperdician recursos en vez de poner en valor al polígono del ISSP y hacer uso de un simulador virtual ya existente.
Una espesa nube se pudo advertir en el inicio de semana en las instalaciones de la Colonia Penal, sobre el kilómetro 769 de la Autopista de las Serranías Puntanas, donde Claudio Poggi inauguró el campo de tiro “Juan Pascual Pringles”. Y no era por la pólvora de las armas, sino por el humo que vendió con manifestaciones totalmente malintencionadas y alejadas de la realidad. Una vez más, el cordobés mintió con sus políticas.
“Hacía siete años que nuestros agentes de seguridad, nuestros agentes penitenciarios, no practicaban tiro. A ustedes, ¿les cabe en la cabeza que nuestras fuerzas de seguridad no practiquen tiro?”, apuntó con descaro. Nada más alejado de la realidad.
De acuerdo a lo que informó una fuente de la fuerza policial en diálogo con El Diario de la República, con la gestión anterior se compró un polígono virtual de última generación, con el cual se pueden hacer las prácticas sin gastar municiones, sin dañar al medioambiente y sin poner en riesgo la integridad física.
Mediante la configuración del software, se puede asignar el lugar de acción y condicionar las especificaciones técnicas según el tipo de entrenamiento. Todo bajo el uso de una pistola de características y peso similares a las de uso en la vida real. El recurso está, falta la predisposición para capacitar a la gente.
“Se trató de una inversión que abarató mucho los costos. Hoy por hoy, una caja de 9x19 mm está en el orden de los $50 mil. Se estaría gastando una caja por encuentro, para que sea efectivo. Es mucha plata hoy hacer práctica física. El uso de los elementos virtuales es lo más moderno que están teniendo las fuerzas de seguridad”, mencionó la fuente.
Así, se devela una mentira brutal: jamás los efectivos dejaron de tener su formación correspondiente. Es más, el polígono (físico) del Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) aún es un espacio autorizado para el accionar con armas de fuego. Si bien no se usaba periódicamente por algunas problemáticas, estaba disponible en determinadas circunstancias.
Práctica cuestionada. Aseguran que un exfuncionario de la primera gestión de Poggi (de la primera línea) se quejaba por las prácticas del polígono del ISSP. Su terreno da con el predio. Eso obstaculizó el uso de la infraestructura.
El predio que inauguró Poggi servirá para capacitar a policías, agentes penitenciarios y miembros de la seguridad federal presentes en San Luis, según relataron en los canales de comunicación gubernamental. “Quiero que sepan que la política de seguridad es clave en nuestro gobierno, y eso significa una decisión de apoyo y respaldo a las fuerzas”, afirmó cínicamente Poggi. El corte de cinta vino a habilitar un zanjón, trazado con cubiertas rellenas de arena. Ese es el ostentoso avance del poggismo. Un pozo para disparar.
“Es un campo con tres líneas de tiro: dos de 50 metros por 30 de ancho y una de 150 metros por 25 de ancho para tiradores de largo alcance y precisión. Las líneas de tiro más cercanas son para pistolas, escopetas y armas semiautomáticas”, contó en el encuentro inaugural el adjutor principal Jonathan Sosa Vázquez, jefe del Cuerpo Especial del Servicio Penitenciario.
Otra voz ligada al sector policial —con amplio conocimiento de armas—, que por temor a las represalias que se viven dentro de cada espacio gubernamental pidió reserva de su identidad, contó que el polígono virtual se adquirió justamente para economizar los costos respecto al uso de munición real.
“En un principio estuvo en el edificio de la Jefatura Central, más precisamente en el SUM. Ahí íbamos. Posteriormente, lo trasladaron al ISSP en comodato, ya que era necesario para los cadetes, y cualquier policía podía ir sin inconveniente alguno. El ISSP había pasado a depender del Ministerio de Seguridad. Compartíamos el polígono”, mencionó.
“Atrás del ISSP está el polígono real de tiro, que es moderno, con siluetas móviles, con todos los elementos de seguridad; se hizo hace aproximadamente 20 años. Sé que se había avanzado en unas modificaciones para cerrar el techo, que tenía algunas aberturas para permitir que el humo que emanan las municiones pudiera salir normalmente. Se trataba de colocar algunas chapas y extractores. La realidad es que había prácticas; después de las quejas de un vecino solo quedó para muy pocas ocasiones”, indicó.
Poggi debería conocer de primera mano cuestiones técnicas del polígono, ya que algunos de los que en una época fueron instructores de ese espacio son los actuales jefes de su custodia, aseguran.
“Lo que hicieron ahora es cavar una zanja. No tiene mayores condiciones de seguridad. Si levantan el arma, en algún momento va a caer en campos aledaños y alguien puede sufrir una lesión por una bala perdida. En vez de vender humo, podrían haber invertido y hacer algo como la gente. El simulador virtual cumple su función y al mismo tiempo es necesario que el policía sienta el ruido del disparo. Hubieran hecho las modificaciones en el polígono del ISSP y hubiese salido más barato, o hubiese sido más productivo”, agregó la fuente policial.


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