SAN LUIS - Lunes 20 de Mayo de 2024

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"Me tuve que hacer la muerta para que me deje de apuñalar"

Lo dijo la víctima de un joven que intentó violarla e intentar matarla con un destornillador. Su madre también declaró y quebró en llanto.

Por redacción
| 09 de mayo de 2024
De espaldas. El imputado, de 19 años, escuchó atentamente a la fiscal, a los testigos y a la víctima. Foto: Lautaro Sánchez.

Arruinó a toda la familia. Si hubiera matado a mi hija se llevaba a toda la familia con ella. Pero mi hija es muy fuerte”, aseguró la primera testigo en comparecer frente al tribunal este jueves al inicio del juicio contra el acusado de intentar asesinar y violar a su hija. El hecho, por el que está acusado Facundo Britez de 19 años, sucedió el 24 de octubre de 2022 en el barrio 131 Viviendas de la ciudad capital.

 

El caso generó una conmoción muy grande en todo San Luis. Es que la joven fue atacada con un destornillador y sufrió al menos 43 puñaladas. El imputado era su compañero de escuela. Todo eso fue a plena luz del día y en un terreno baldío.

 

Según la acusación de la fiscal de Juicio, Virginia Palacios, Britez se reunió ese lunes alrededor de las 15:30 con la víctima en un baldío y cometió el primer ilícito, es decir, el abuso sexual. El joven arremetió contra su compañera y la violencia fue creciendo. “La golpeó con los puños y luego con un destornillador, causándole no menos de 43 heridas, la mayoría fueron en el rostro, torso y cabeza”, dijo la fiscal.

 

Palacios agregó que el acusado tuvo la intención de matar a su víctima. La joven “fue abusada sexualmente y golpeada para hacer valer la desigualdad que el imputado quería lograr” y “se valió del lugar aislado para arremeter” contra ella. “Tuvo una clara e inequívoca intención de matarla. No la quiso lesionar, la quiso matar y se fue”, aseguró.

 

Tras describir la secuencia de hechos, que inició antes de las 16 y se reprodujo hasta que vecinos acudieron a auxiliar a la víctima que se arrastró hasta la vereda y a los gritos pidió ayuda, Palacios dijo que la calificación correspondiente es la de “Abuso sexual con acceso carnal en concurso real con el de homicidio agravado por mediar violencia de género en grado de tentativa”, delito por el cual el joven llegó con un pedido de pena de 20 años de prisión. Federico Putelli, abogado de la querella, adhirió a los cargos de la fiscalía y respaldó el pedido de pena.

 

Britez llegó acusado por abuso sexual con acceso carnal e intento de homicidio.

El joven huyó de la escena, pero fue capturado el mismo día del ataque en su casa. En el allanamiento encontraron el arma con la que atacó a la joven y ropa con restos de sangre de la víctima.

 

Tras los alegatos de la fiscalía, los codefensores del imputado, Andrés Fernández y Guillermo Sánchez Pagano, plantearon que la calificación de los hechos no era la pertinente. Fernández aseguró que “no se dan los elementos del tipo que plantea la fiscalía en relación al homicidio agravado y tampoco al abuso” y denunció que la imputación “viola toda lógica desde el inicio, ya que, por capricho, el Ministerio Público Fiscal ha mantenido la acusación porque pretende introducir la violencia de género”.

 

Sánchez Pagano refirió, además, a un pedido que hicieron mientras la causa todavía permanecía en la etapa de instrucción, para cambiar la carátula. En esa instancia el juez de Garantía, Juan Manuel Montiveros Chada, lo rechazó porque no era el momento, pero opinó que debía darse en el juicio. “En este debate va a quedar probado que ninguna de las heridas tocó órganos blandos. Más allá de la sangre, no hubo dolo de homicidio”, aseguró.

 

Ya en el estrado y frente al tribunal, integrado por José Luis Flores, Hugo Guillermo Saá Petrino y Fernando Julio de Viana, la madre de la víctima relató, entre lágrimas, lo que vivió hace ya casi un año y medio. La mujer estaba en la escuela donde acudía la niña cuando fue alertada de lo que había sucedido a unas cuadras del lugar.

 

Explicó que al acusado lo había conocido el viernes anterior a la salida del establecimiento. Cuando los vio juntos le preguntó qué intenciones tenía con su hija. “Ninguna, somos compañeros”, le respondió en aquel entonces. La madre de la víctima dio detalles de los comportamientos de la joven y sobre cómo se relacionaba con sus pares.

 

Respecto del día del hecho, la mujer relató que cuando llegó al baldío donde sucedieron los hechos encontró a su hija tirada en un “charco de sangre” y que la joven no podía ver porque “le había clavado el destornillador a la altura del ojo”. También aseguró que cuando le consultó qué había pasado, la joven apuntó al acusado: “Fue Facundo”.

 

La mujer también ahondó en los días posteriores y en cómo fue evolucionando la salud de su hija. Mencionó que aún tiene miedo, que no podía quedarse en la escuela por miedo y que en una oportunidad atentó contra su propia integridad. “Tuve que sacarla adelante sola”, dijo. Pero también apuntó contra los directivos de la escuela "René Favaloro": “Le dieron apoyo a él”.

 

“A toda la familia arruinó. Si él hubiera matado a mi hija se llevaba a toda la familia con ella. Pero mi hija es muy fuerte”, expresó la mujer y quebró en llanto.

 

Tras la palabra de la tutora la fiscal solicitó el testimonio de la propia damnificada para que declare. La joven aseguró que su atacante recién cesó con la arremetida cuando creyó que estaba muerta: “Me tuve que hacer la muerta para que no me siguiera apuñalando”.

 

La víctima se mostró ensimismada, con timidez y una postura de incomprensión. Pero el dolor se hacía carne en su testimonio, en el que dio cuenta del horror que vivió ese 24 de octubre cuando había quedado con el agresor para realizar un trabajo práctico.

 

La joven mencionó que Britez no estaba dispuesto a avanzar en el desarrollo de la actividad que tenían asignada. “Solamente escribía cosas de Satanás”, dijo. A pesar de todo, ambos lograron terminar el trabajo, pero el joven no estaba dispuesto a que fuera entregado así.

 

Tras ello, el presunto atacante le pidió que la acompañara al quiosco. Pero en el trayecto se desviaron y fue allí cuando llegaron al descampado, donde había una propiedad en construcción: “Me puso la traba para que me cayera, se me subió encima y me empezó a besar”, relató.

 

Luego indicó que tras haber consumado el abuso, el acusado la obligó a cerrar los ojos y comenzó a darle puntazos con el destornillador y le dijo: “Ahora te vas a morir”.

 

Las puñaladas lograron darle en la cabeza, cuello, ojos, manos, brazos y espalda. Cuando el atacante se fue del lugar, ella se arrastró unos metros. Una vecina que la escuchó gritar fue la primera en asistirla.

 

La víctima mencionó otros antecedentes del joven con otra compañera, donde había querido meterle la mano dentro del pantalón, mientras que a ella había intentado tocarla. “Quiero que se haga justicia por lo que me hizo”, pidió en el cierre de su declaración.

 

Redacción

 

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