Cuando el Valle del Conlara formó su primera institución agrícola
El 16 de septiembre de 1923, el Comité Agrícola de Estación Renca, actualmente Tilisarao, fue creado por familias tradicionales de esa localidad, en su mayoría colonos inmigrantes italianos.
La finalidad era defender los derechos de los “trabajadores de la tierra”, y promover la producción y la implementación de nuevas técnicas agrícolas.
Con esos ideales, el 16 de septiembre de 1923, el Comité Agrícola de Estación Renca, actualmente Tilisarao, fue creado por familias tradicionales de la localidad, en su mayoría colonos inmigrantes italianos.
Según consta en las actas recuperadas por Marcelo Bongiova-nni, productor de Tilisarao, asesor, e investigador y docente de la Universidad Nacional de San Luis, la flamante entidad también tenía entre sus objetivos mejorar la comercialización de la producción, que en esa época el único cultivo que se hacía en importancia y en cantidad en la zona era el trigo.
“En una de las actas recuperadas, se le otorga mandato al presidente del Comité Agrícola para que negocie con la firma Luis
Dreyfus, que tenía una sede en Río Cuarto, para comercializar el trigo de la campaña 23-24 de la zona de Tilisarao”, destacó en su relato para el suplemento El Campo.
En 1925, la institución recibió la donación de tierras para establecer la sede y pasó a llamarse Sociedad Unión Agrícola, para lo que se hace un estatuto nuevo.
“Toda esa gente era de las familias tradicionales de Tilisarao y algunos de la zona. En ese momento, todavía el pueblo se llamaba Estación Renca, después cambia de nombre y lo designan Tilisarao, porque había confusiones con el correo con el Renca original”, describió Bongiovanni, un profesional y catedrático de la agronomía interesado en rescatar el valioso antecedente emprendedor del Valle del Conlara.
El Comité Agrícola quedó integrado en su nacimiento con productores en su mayoría inmigrantes del norte de Italia, del Piamonte, que eran muy comunes en todo el interior del país: “La gran mayoría de las colonias agrícolas de inmigrantes eran de ese origen, eran de origen piamontés, y eran los que vinieron al interior a trabajar en el campo. Después, por supuesto, hubo de otros lugares de Italia”, recordó.
Los primeros inmigrantes se instalaron en Tilisarao entre 1908 y 1909. Eran unas 30 familias que se fueron radicando allí y en los pueblos vecinos. Entre los nombres propios que figuran en las actas están Alfredo Donadío, Ribba Hnos, Juan Frencia, Juan Ribba, José Delfino, E. Agazzi, Tomás Ferrero, Juan Bramardo, Francisco Rittano, Vicente Emma, José Bálzola, Celestino Portela, Dorato, Lorenzo Cismondi, Estanislado Krafiek, Ernesto Hutchison, José Gonella, Jorge Aimale, Luis Van Houten, Bernardo Giorgis y Antonio Chiavassa, entre otros. También aparece Juan Bongiovanni, quien era bisabuelo de Marcelo, y José Delfino, su tatarabuelo.
Antonio Cignetti fue el primer presidente del comité y después de la Unión Agrícola, Antonio Chiavassa.
Don Vicente Emma era el dueño de la primera trilladora a vapor que hubo en la zona (foto de 1916). Iba por campos haciendo servicios de cosecha de trigo.
“Como pasó en un montón de lugares de nuestro país, venían de Europa tratando de buscar nuevos destinos para tener un futuro mejor para ellos y para su familia, y se fueron instalando a lo largo y a lo ancho de la Argentina; esta historia se repite en un montón de lugares”, describió.
Una carátula de color amarillo confeccionada en 1932 muestra la escritura de donación del terreno donde se construye la sede de la Unión Agrícola, donado por Juana Alfonso de Domínguez, viuda de don Cleofe Domínguez.
Domínguez era el dueño de las tierras donde hoy está Tilisarao y fue la persona que donó los terrenos para que se instalara la actual localidad: "En realidad, no existe una fecha de fundación real de Tilisarao; siempre se había considerado 1904. Después, por un decreto que apareció perdido, había una fecha de 1889, por lo que se tomó esa fecha para festejar los 100 años".
Bongiovanni destacó que el pueblo no se constituyó como tal hasta que no pasó el ferrocarril, que fue el 25 de noviembre de 1904. Previo a eso, se necesitó de la donación de los terrenos por parte de don Cleofe Domínguez. La primera construcción fue la estación de trenes y el primer pozo de agua, el de la estación.
Una vez que pasó el ferrocarril, Domínguez siguió donando terrenos, que es donde se construyó para ir formando los primeros esbozos del pueblo. Entonces, trazaron las calles, las primeras manzanas y demás.
Tras la muerte de Domínguez, la viuda continuó con las donaciones de terrenos para la escuela, la iglesia, la plaza y para la Unión Agrícola, entre otros.
Con la llegada del ferrocarril y las donaciones de tierras, se empiezan a establecer las primeras casas cercanas a la estación ferroviaria y comienza a arribar gente de pueblos vecinos y los primeros inmigrantes.
En la foto principal que ilustra esta nota, se ve en el centro a Antonio Cignetti, presidente por muchos años; al lado, de bigotes y con lentes, está Bautista Delfino, otro bisabuelo de Marcelo Bongiovanni, y el primer productor en realizar ensayos con algodón. También están Ernesto Cavaleri, Antonio Chiavassa, Bernardino Giorgis y Lorenzo Sismondi, entre otros.
La Unión Agrícola siguió hasta la década del 50 y luego, se transformó en la Cooperativa Agropecuaria Chacabuco, que ya cubría toda la zona del Valle del Conlara y prestaba otro tipo de servicios, porque tenía un local comercial de ramos generales para vender mercadería, semillas, maquinaria, acopiaba cereales, incluso tenían una fábrica de quesos allá en el establecimiento La Suiza, cerca de Villa del Carmen.
“Allí, habían armado una cremería y una fábrica de quesos. A esa altura, la cooperativa ya abarcaba una gran zona y tenía muchos socios activos; fue una entidad importante que duró hasta la década del 90, cuando cayeron muchas cooperativas en el país por cuestiones económicas y políticas”, rememoró.
Pero no se perdieron los bienes, ya que se fusionó con otra cooperativa que había en Tilisarao, que es la Cooperativa de Servicios Públicos en la actualidad.
La difusión de esta rica historia por parte de Bongiovanni es mantener la memoria de lo que hicieron estos pioneros, quienes vinieron a una tierra que debió ser bastante inhóspita y nada fácil: “Venirse a San Luis hace ciento y pico años atrás, establecerse y forjar un futuro acá merece un homenaje”.


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