Estará preso dos meses por robarle $13 millones a su jefe

Luego de ocho días de expectativa, detenido en una comisaría de Villa Mercedes, el camionero Gerardo Canedo no logró demostrar que no tuvo que ver con el supuesto asalto en el que un grupo de delincuentes le robó los 13 millones de pesos que él debía entregarle a su jefe. Las pruebas que recolectó la fiscalía, que constatan que fingió haber sido asaltado para quedarse con el dinero de su patrón, cuando hacía un viaje en la ruta, se mantienen en pie. Y por eso ayer el juez de Garantías, Santiago Ortiz, resolvió sostener la imputación en su contra y le dictó la prisión preventiva por los siguientes 60 días.

El joven de 31 años está acusado de "Administración fraudulenta". La fiscal instructora Daniela Torres había solicitado el encarcelamiento preventivo de dos meses, porque considera que en ese tiempo la investigación estará cerrada y la causa estará en condiciones de ser elevada a juicio.

La fiscal había pedido que Canedo estuviera detenido porque de ser liberado en este punto del proceso, con la investigación todavía abierta, podría entorpecer las averiguaciones que faltan o intentar escapar porque "no tiene arraigo a Villa Mercedes", ya que es de Sampacho y existe, además, la posibilidad de que tenga algún cómplice.

Canedo fue arrestado en su domicilio de la localidad cordobesa la semana pasada, por personal del Departamento de Investigaciones de Villa Mercedes que viajó hasta allá. Los policías, a cargo del comisario Germán Gómez, tenían la orden, además, de requisar la vivienda del sospechoso, le confirmó Torres a El Diario.

De la vivienda incautaron un celular, que el imputado había adquirido recientemente. Más allá de que ese teléfono será peritado, lo cierto es que del análisis de otras comunicaciones telefónicas que Canedo mantuvo con un presunto cómplice hay evidencia suficiente, por lo menos hasta esta instancia del proceso penal, para presumir que el supuesto asalto que denunció no fue tal, sino que estuvo planeado.

En la audiencia de formulación de cargos y también en la de ayer, la fiscal instructora ratificó las pruebas por las que lo imputa. Señaló que todas las conductas del acusado el 11 de junio, el día del presunto robo, dieron cuenta de su participación en el hecho.

Ese día, por ejemplo, realizó "un recorrido inusual con el transporte, fuera del camino trazado" de San Juan a Sampacho, también estacionó en una parte del cruce de las rutas 7 y 8 sin autorización, además de "las conversaciones que se desprendieron del cotejo de los teléfonos, algunas declaraciones y sus acciones después del hecho".

El asalto en cuestión

Mario Dosetto, el jefe de Canedo y dueño de transporte El Sampachense, había contado que el acusado era uno de sus choferes más antiguos. El lunes 10 de junio le había encomendado un viaje hasta la capital de San Juan. Hasta allá debía llevar unos animales porcinos y entregárselos a un cliente de apellido Pérez, que le pagaría con dinero en efectivo.

Ese día, a las 22, el camionero partió de Sampacho hacia San Juan. Una vez que llegó, entregó los animales y Pérez le dio una bolsa de consorcio con 13 millones de pesos.

Según Canedo, cuando regresaba a Sampacho, lo asaltaron dos o tres "encapuchados", con armas de fuego. Fue, de acuerdo a una de sus versiones, cuando frenó en el patio de vialidad de las rutas 7 y 8 para orinar y descansar.

Unos diez días después del supuesto asalto arrestaron al primer sospechoso que surgió de las averiguaciones, a Mayco Peñaloza, en su vivienda del barrio Eva Perón 3 de Villa Mercedes. Todo indicaba que el joven de 24 años había participado del asalto en cuestión y, apenas se hizo del dinero, compró lo que le hacía falta.

Primero adquirió la vivienda, porque hasta entonces dormía en la calle, se compró también dos motos, muebles, ropa, zapatillas, un nuevo celular y una consola de videojuegos.

Cuando lo indagaron no se manifestó sobre el robo al camionero, solo trató de explicar la procedencia de la casa y de la pistola, que le hallaron. Aseguró que la vivienda la había pagado "con la plata de las changas y de la Asignación Familiar" y que el arma había sido un regalo de su abuelo.

Para ese entonces los investigadores ya sospechaban que el asalto no había sido tal y que Peñaloza tenía, al menos, un cómplice.