Caso Mafalda: empieza el juicio al único detenido por el crimen

Hoy, a once meses del asalto mortal que se cobró la vida de Mafalda Sánchez, un tribunal de Villa Mercedes comenzará juzgar a Guillermo Páez. El hombre es el principal sospechoso de haber ingresado a la casa que la víctima tenía en el barrio La Rioja, haciéndose pasar por técnico de Edesal para después robarle. Pero no fue el único detenido que tuvo la causa. Hasta hace dos meses hubo otro imputado de apellido Rivarola, que a último momento fue sobreseído y desvinculado del asesinato por falta de pruebas.

Páez, de 43 años, llegó a debate oral acusado de "Homicidio en ocasión de robo". A fines de mayo, cuando la causa fue elevada a juicio, la fiscalía solicitó que, llegado el momento, sea sentenciado a 25 años de prisión.

Falsos electricistas

El crimen ocurrió el 4 de septiembre pasado, entre las 13 y las 14. Mafalda tenía 67 años y vivía en un monoblock de Chacabuco 140, casi esquina Las Heras. Casi todos en el barrio la conocían y era una "persona muy querida". Así la definieron varios vecinos, amigos y personas que la conocían y se acercaron a su domicilio tras enterarse del asesinato a través de las redes sociales.

Minutos antes del homicidio, dos hombres abrieron la caja metálica donde está el tablero eléctrico de ese monoblock. Los tableros del servicio eléctrico en ese barrio están situados al pie de las escaleras, a un costado de los pasillos y cualquier persona puede acceder a ellos.

De hecho un vecino de la víctima que, al igual que ella, reside en la planta baja, señaló que advirtió a dos hombres en dicho tablero, ese día. Dijo que tenían unas cajas y una mochila y que pensó que  eran electricistas que "estaban trabajando". Después vio que uno se quedó ahí, como "controlando algo" y el otro "desapareció".

Pero las maniobras de esos dos sospechosos, aquel mediodía, dejaron sin luz el departamento de Sánchez. Luego los delincuentes fueron hasta lo de la víctima. No estaba claro si la mujer abrió la puerta de su casa para ver lo que pasaba afuera o si los ladrones tocaron su puerta, se presentaron como empleados de Edesal y le pidieron permiso para entrar a su domicilio y solucionar el desperfecto técnico.

Una vez dentro, la asaltaron. El cadáver de Mafalda fue hallado en el piso, boca abajo. Estaba golpeada, pero la autopsia reveló que murió por un "edema agudo de pulmón", que es una afección provocada por el exceso de líquido en los pulmones, lo que dificulta la respiración.

Los asaltantes revisaron y revolvieron cada rincón del departamento. Aunque el lugar que más inspeccionaron fue el dormitorio de la mujer. Vaciaron todos los cajones. Buscaban, al parecer, dinero y eso se llevaron. La hija de la víctima notó que faltaba la botella de gaseosa en la que Mafalda solía colocar sus ahorros y luego le pedía a ella que se los depositara en su cuenta bancaria.

Los principales sospechosos fueron detenidos horas después, la madrugada siguiente al crimen, tras un allanamiento en el barrio 70 Viviendas y otro en el Villa Celestina.

Libre de sospechas

En la misma audiencia de acusación y pedido de pena de Páez, hecha el 31 de mayo, los fiscales Daniela Torres y Alberto Orellana requirieron el sobreseimiento y desvinculación de la causa del otro hombre de 32 años.

Los familiares de Rivarola siempre sostuvieron que, al momento del homicidio, él estaba en otro lugar. Y una de las pruebas que demostró eso fue el video de una cámara de seguridad.

Una vez confirmado el sobreseimiento, en los pasillos de tribunales, comentaron que todo este proceso no hizo más que perjudicar al hombre, a quien se le dificulta conseguir trabajo desde que fue relacionado al asalto  mortal.

No obstante el caso de Mafalda no fue el único robo al que estuvo ligado alguna vez. En 2022 había sido detenido cuando, junto a otro cómplice, asaltó un kiosco 24 horas, ubicado en 25 de Mayo y Pescadores, justo en el momento en que había un policía comprando.

Aquella vez se le cayó el arma de fuego al piso, en medio del atraco, y fue arrestado.