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Juicio por Mafalda: la testigo principal que había complicado al acusado se contradijo

Es una amiga de la víctima, quien aseguró que vivió ocho años con ella. La mujer dijo que el imputado Guillermo Páez había ido a lo de Mafalda cinco días antes del crimen, porque tenía un turno para una sesión de parapsicología.

Por redacción
| 22 de agosto de 2024
Guillermo Páez (medio), junto a sus defensores Adolfo Cafieri y Silvana Zunini. Foto: El Diario.

Luego de una semana sin actividad, este jueves el juicio por el asalto mortal que sufrió Mafalda Sánchez se reanudó. Declaró la médica del Sempro que constató la muerte de la mujer y luego habló la mejor amiga de la víctima. Su testimonio era crucial porque ella fue la única testigo que aseguró haber visto al acusado, Guillermo Páez, cinco días antes del crimen presentarse en lo de Mafalda, como un cliente más de sus sesiones de parapsicología. Pero, a lo largo de su declaración, se contradijo con lo que contó el año pasado y, a diferencia de todos los testigos anteriores, comentó que no vio a ningún hombre que pareciera de Edesal afuera de la casa de su amiga, minutos antes del asalto.

 

La testigo se desdijo en distintos pasajes de su relato respecto a lo que había declarado el año pasado e incluso sobre lo que reveló en la audiencia y dio por asegurado algo que el resto de los testigos habían negado. Aseveró que ella convivió ocho años con Mafalda y que eran inseparables, pese a que la propia hija de la víctima negó que su madre haya vivido con la mujer, aunque sí admitió que eran amigas.

 

La mujer dijo que hacía 40 años que conocía a Mafalda. Relató que había ido a su casa, del barrio La Rioja, el día anterior al crimen. Refirió que ese domingo, el 3 de septiembre de 2023, la notó un tanto triste y eso le llamó la atención porque ella "era muy alegre". La vio preparar ñoquis de queso y le dijo: "Mirá lo que estás haciendo. Yo hoy me voy a las doce de la noche". Y, efectivamente, esa noche se retiró a esa hora, precisó.

 

Dijo que luego se fue a su casa, aunque no dejó en claro adónde, porque durante la audiencia refirió tres domicilios. Narró que al día siguiente se fue a trabajar a la Municipalidad y a las 11, como todas las mañanas, se cruzó desde el edificio municipal hasta el departamento de Mafalda. Señaló que estuvo allí aproximadamente desde las 11:15  hasta las 12:30, tomando mates, como siempre hacían.

 

Indicó que al salir no vio a nadie, a ningún hombre o par de hombres que estuviera en el tablero eléctrico que abastase de luz a los edificios del barrio La Rioja. Lo cual contrasta con el resto de las declaraciones, en su mayoría de vecinos de la víctima, que dijeron haber visto a uno o dos sujetos que parecían empleados de Edesal porque estaban en la caja de suministro eléctrico a un metro del domicilio de la mujer asesinada.

 

Pero el dato que la distinguió de todas las personas que hablaron antes fue el hecho de que ella aseguró haber visto al acusado el miércoles 30 de agosto. Relató que ese día, como todas las tardes, ella estaba en lo de Mafalda y, como a las 18, alguien tocó la puerta. Abrió y era un hombre. Cuando el fiscal Néstor Lucero le preguntó si esa persona estaba en la sala, la mujer contestó que sí, señaló al imputado y dijo "era Páez".

 

Contó que le preguntó si tenía turno y lo hizo pasar. La víctima atendía a tres o cuatro clientes por tarde, y ellos, por lo general, llegaban a ella por recomendación de otros, explicó. A preguntas del fiscal sobre si algo le llamó la atención de ese hombre en particular, la testigo respondió que observaba mucho el interior de la casa. "Miraba acá, miraba allá, miraba por todos lados", comentó.

 

Cuando alguien, no supo decir quién, después del crimen, le mostró una foto de Páez y le preguntó si ese era el cliente de Mafalda que vio el 30 de septiembre, ella contestó que sí. Lo reconoció porque tenía un tatuaje en el cuello, aseguró. Y, cuando dijo eso último, los abogados del acusado, Silvana Zunini y Adolfo Cafieri, le recordaron que su defendido no tiene ningún tatuaje en esa parte del cuerpo.

 

Anteriormente, la mujer dejó ver que Páez no era un total desconocido para ella, porque el padre del acusado le construyó la casa a ella y al imputado lo conoció cuando era chico, explicó.

 

Zunini recalcó que su testimonio echa por tierra prácticamente todos los testigos anteriores. Incluso a aquellos vecinos que aseguraron haber visto a Mafalda en la franja horaria que aseveró haber estado con ella, entre las 11:15 y las 12:30. El cadáver de la mujer fue hallado apenas unos minutos después, en el suelo del comedor de su departamento.

 

 

 

 

 

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