El encuentro de la crueldad, la burla y la canallada

En determinados casos quienes tienen cierta experiencia en altos niveles de la función pública manifiestan que, bajo determinadas circunstancias, se han visto obligados a tomar medidas muy antipáticas, muy duras en el corto plazo y que, de alguna forma, implican cierto padecimiento para algunos sectores de la población. Algunos justifican, algunos comprenden. Hay que decidir, hay que gobernar y, a veces, es duro. Pero de ahí a festejarlo, hay muchos kilómetros de distancia.

Distancia que solo la burla, la crueldad y la canallada pueden llevara recorrer. Hay que subirse a un transporte para concurrir a celebrar que los jubilados de la Argentina no van a tener un aumento. Hay que sentarse en la primera fila como lo hizo un diputado por San Luis (Alberto Gustavo Arancibia Rodríguez), por supuesto poggista, y que por supuesto votó en contra de los jubilados.

Cuán idiota hay que considerar al pueblo argentino para montar una parodia que sostenga que tan desgraciado encuentro va a tener comidas y bebidas sostenidas por el bolsillo de los concurrentes. Y sacarse fotitos pagando con la tarjeta de débito de cada uno. Se han visto imágenes disparatadas desde diciembre hasta acá, pero postales tan crueles, y tan absurdas como las del martes por la noche en la residencia presidencial de Olivos será muy difícil encontrar.

Para precisar la información, el martes fueron invitados por el presidente de todos los argentinos, lo que él denominó “los 87 héroes” que bloquearon la insistencia de la Cámara de Diputados que pretendía evitar el veto presidencial. Cabe aclarar que no fueron los ochenta y siete.

Cuando vieron la magnitud del papelón, pretendieron amenguar el desastre aclarando que lo pagarían de su bolsillo. Cruel, patético, burlón. Hay que tener un concepto muy bajo del criterio y el sentido común de los ciudadanos como para montar semejante parodia. Habrá que estar atentos a que tanto caradurismo no los lleve a pretender compartir los festejos del viernes 20 de septiembre por el Día del Jubilado. Son capaces de cualquier cosa.

No era necesario armar un show con poco público para presentar el proyecto de ley de Presupuesto en el Congreso Nacional. Una puesta en escena absurda e innecesaria. Entre lo destacable aparece un hábito bien cercano al cinismo. La cuestión consiste en que el presidente afirme algo y luego sus colaboradores o sus seguidores salgan a interpretarlo y desmentirlo.

Fue contundente la sentencia: “Las provincias deberán ajustarse en 60 mil millones de dólares”. Luego sus ministros y algunos diputados y gobernadores salieron a explicar que son 20 mil millones. ¿El presidente mintió, se equivocó o no sabe sumar? O dice una cosa y es otra. Otra frase del ocupante del sillón de Rivadavia: “Voy a despedazar el Estado”, luego viene el coro de ángeles y dice que en realidad buscan un estado moderno, flexible y transparente. Una cosa, o la otra. No se entiende.

Es como el mal de la época, en San Luis, tanto el gobierno provincial como el municipal dicen combatir el nepotismo, ya emplearon a toda su familia, amigos y allegados. Afirman que no hay fondos, que están quebrados, desdoblan sueldos de empleados públicos y piden permiso para endeudarse, y luego aparecen plazos fijos que desmienten absolutamente lo afirmado.

Parece imprescindible otro apego por la verdad. Ninguna demagogia justifica tanta mentira.

El día jueves 19 el presidente de la República recibió la sanción de la ley de financiamiento educativo que aprobó el Senado de la Nación con más de dos tercios de sus miembros. Ya amenazó con el veto, tiene diez días para hacerlo. Sería corregir, muy parcialmente el año 2024. La presentación del proyecto de ley de Presupuesto para 2025 condena nuevamente a las universidades nacionales.

Cultores de la crueldad, de la burla y de la canallada ya preparan otro festejo. Sería deseable que no hubiera veto. Llegado el caso, sería esperable una respuesta coherente de los legisladores. Habrá que tener muy presente la respuesta de cada uno. Sobre todo de los diputados y los senadores por San Luis.