Les robó más de un millón de pesos a dos conocidos y puede ir ocho años preso
Diego Tulián está acusado de haber asaltado, junto a un cómplice, a una pareja de preventistas en el barrio Serranías Puntanas. Las víctimas acababan de cobrar un dinero en una carnicería.
Diego Ariel Tulián está a solo un paso de ser enjuiciado por el asalto en el que se hizo de 1.100.000 pesos de una pareja de preventistas que él conocía. Pero antes de estar frente a un tribunal, el fiscal que lo acusó de ese delito hizo el pedido de pena que espera que los jueces contemplen si llegan a condenarlo. Solicitó para el hombre ocho años de cárcel.
En la audiencia de elevación a juicio de la causa, el fiscal instructor Esteban Roche de San Luis pidió que Tulián sea sentenciado por "Robo calificado por el uso de arma de fuego".
El hombre de 31 años está detenido desde el 23 de noviembre pasado. Según las pruebas recolectadas por el fiscal, nueve días antes Tulián y otro delincuente asaltaron a una pareja de preventistas que estaban en una camioneta Toyota Hilux en la manzana 2 del barrio Serranías Puntanas.
Fue al mediodía. Los ladrones llegaron en un Citröen C4 y se detuvieron en esa manzana. Los elementos probatorios le indican a Roche que el imputado fue quien se bajó del auto y fue directo a la Hilux. Intentó abrir la puerta del conductor pero, como estaba trabada, decidió apuntarles a sus ocupantes con un arma de fuego para que le entregaran el dinero.
Una vez que le dieron el efectivo, Tulián corrió hasta el Citröen y huyó con su cómplice hasta su casa, de calle Francia al 200.
Una de las pruebas que complica al acusado es el hecho de que él conocía a las víctimas y, de hecho, contaba con el dato de que ese día cobrarían un dinero importante en una carnicería de la zona. Hasta estaba al tanto del recorrido que haría la pareja ese día. Pero cometió un error: en el medio del atraco llamó por su apodo a uno de los damnificados, un nombre que solo los allegados conocen.
El otro testimonio que lo liga al asalto fue el de su propia hermana. La mujer dijo que el día del robo vio a su hermano llegar a su casa, junto a otro hombre que no conoce. Tenían una bolsa llena de dinero, que luego se pusieron a contar en la mesa del comedor.


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