Una ministra que cosecha su propia siembra
Si hay algo que ha caracterizado a la ministra de Seguridad Nancy Sosa desde el minuto cero de su gestión fue cumplir a rajatabla los caprichos del gobernador Claudio Poggi, como facilitar y concretar el desembarco de la Gendarmería Nacional, su inclinación por la compra de vehículos y desplegar una actitud de revanchismo hacia sus camaradas de la fuerza.
Si hay algo que ha caracterizado a la ministra de Seguridad Nancy Sosa desde el minuto cero de su gestión fue cumplir a rajatabla los caprichos del gobernador Claudio Poggi, como facilitar y concretar el desembarco de la Gendarmería Nacional, su inclinación por la compra de vehículos y desplegar una actitud de revanchismo hacia sus camaradas de la fuerza.
De plan de seguridad: 0.
Lo indicado es el sello que ha identificado su gestión. Y quizás lo más preocupante de todo, por los daños que ha causado, es esa sed de venganza que ha desplegado con presiones permanentes hacia los integrantes de la fuerza y despidos de muchos funcionarios de alto rango (comisarios y subcomisarios), por el solo hecho de vincularlos a la gestión anterior.
La sangría que ocasionó la llevó a no contar con colaboradores que a lo mejor la hubiesen ayudado a diseñar un plan de seguridad y evitar la escalada de hechos delictivos graficados en un mapa del delito que es ocultado.
De acuerdo con fuentes consultadas, se estima que en algunas ocasiones, hay más de 60 robos y hurtos por día, aunque otros advierten que el panorama puede ser superior.
Rodeada de colaboradores directos inexpertos o no aptos para determinadas funciones, que como un calco de lo que ocurre se nutrieron de familiares y amigos, no de personal idóneo, generó una alarmante situación que se les escapa de las manos y que no tienen reacción.
Frente a este oscuro panorama, Nancy Sosa y su equipo hicieron todo lo contrario de lo indicado: se cerraron al diálogo, se dedicaron a echar culpas de sus males a la anterior gestión y, como ante cada reclamo, le atribuyeron un contenido político.
Y este fue el error que Nancy Sosa cometió cuando la intendenta de Cortaderas Macarena Benítez le advirtió de la preocupación de su comunidad por la ola de hechos de inseguridad.
Intolerante y soberbia, Nancy Sosa respondió atribuyendo los dichos de la jefa comunal a un trasfondo político: “...Y nos parece por ahí muy reactiva la desesperación de algunos representantes municipales en salir a pedir recursos, más patrulleros…”, sostuvo entre otros conceptos.
Es decir que hizo todo lo contrario de lo que se esperaba de un ministro que al menos debe tener tacto para atender este tipo de situaciones.
Y, subida al caballo de la soberbia, de la intolerancia, de cero autocrítica, y sin que nadie de su entorno le susurrara “Nancy, escuchá… Nancy, escuchá a la gente”, cometió el peor error y dejó que todo transcurriera como si no hubiese pasado o escuchado nada.
Lo detallado sucedió hace no más de tres meses y el viernes anterior, la golpeó la realidad más triste: un hecho de inseguridad que le costó la vida a un joven y querido policía.
El oficial principal Renato Mauricio Fuentes, papá de tres hijos, fue la víctima del doloroso caso que ocurrió en la localidad de Cortaderas, comunidad que rogaba ser escuchada y a la que la ministra de Seguridad no quiso escuchar.
Hoy, Cortaderas llora esta tragedia y, de igual modo, una familia lugareña también llora la muerte de Mauro Maximiliano Vieyra Villegas, de 29 años, quien fue uno de los dos delincuentes que perpetraron el robo a una familia de un loteo cercano a Los Molles.
Este fue el saldo de un lamentable episodio delictivo que quizás se podría haber evitado si se hubiesen tomado las medidas preventivas que reclamaba el pueblo de Cortaderas. Ahora ya es tarde, hay dos muertes en el camino.
Esta tragedia de seguro no quedará en el olvido, porque entre otras cuestiones reafirma la falta de capacidad de Nancy Sosa y su equipo de colaboradores (rodeados de familiares y amigos) que en estos casi nueve meses de gestión, se dedicaron a cumplir los caprichos del Gobernador y a saciar su sed de revanchismo.
Si hay algo que ha caracterizado a la ministra de Seguridad Nancy Sosa desde el minuto cero de su gestión fue cumplir a rajatabla los caprichos del gobernador Claudio Poggi, como facilitar y concretar el desembarco de la Gendarmería Nacional, su inclinación por la compra de vehículos y desplegar una actitud de revanchismo hacia sus camaradas de la fuerza.
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