Casos de intoxicación: tutores quieren "evitar" que sus hijos coman en las escuelas
Las redes sociales y los grupos de WhatsApp son testigos de la "desconfianza" que se ha generado frente escándalo de la comida en mal estado.
Un verdadero problema se originó a raíz de múltiples intoxicaciones de estudiantes de las escuelas "Pancha Hernández" y "La Rioja" (aunque extra oficialmente también se habla de otros establecimientos) que comieron las viandas del plan PANE. Más de 60 chicas y chicos resultaron afectados con fuertes síntomas que fueron desde vómitos, fiebre, hasta intensos problemas estomacales y diarrea. Hubo alumnos que requirieron internación; en el Hospital Pediátrico y los hospitales del Cerro de la Cruz, del Norte, del Sur y del Oeste, abordaron diferentes cuadros. En ese contexto extremo, donde quedaron expuestas múltiples impericias, madres y padres de alumnos de distintas escuelas de San Luis buscan "desistir" del beneficio alimentario.
El dato es abrumador. Las redes sociales y los grupos de WhatsApp, son el reflejo de la indignación colectiva. Y es que a lo largo de todo el 2024, se han denunciado decenas de situaciones en torno a los alimentos, con serios señalamientos de cara a las condiciones de salubridad. Candelaria, Quines, San Francisco, Juana Koslay, Villa Mercedes, San luis, entre otros puntos del territorio puntano, fueron foco de varios inconvenientes. Pero ante las denuncias, lejos de "tomar cartas en el asunto", el Gobierno apeló a que se trataba de cuestiones de índole "política". En cada denuncia, más que un vecino preocupado, la gestión veía un "enemigo político". Y así, quienes remarcaban las problemáticas fueron apuntados por "desestabilizadores" y "desinformadores". Ahora, que la realidad volcó su crudeza, decenas de tutores de distintos establecimientos no quieren saber nada con la entrega de viandas.
En algunos casos, buscan organizarse para "hablar" con sus respectivos directivos y docentes desde este lunes. En otras circunstancias, hay familias que directamente mandan a sus hijos sin "táper" desde el año pasado. Las dudas son muy amplias, el descontento es unánime y la preocupación por la salud es inmutable. Llama la atención que en lo que va de los hechos, las autoridades gubernamentales no han emitido ninguna apreciación sobre qué pasará con el plan PANE desde esta semana entrante. Es decir, surgen varias preguntas: ¿Habrá controles sobre los proveedores? ¿Ajustarán diferentes problemáticas de cara a los operativos de entrega? ¿Reordenarán la concepción del plan? ¿Escucharán a los tutores? ¿Cómo seguirá la entrega? ¿Cómo garantizarán los aspectos sanitarios?
Opiniones
"Me da miedo la manipulación de los alimentos, es muy delicado todo. Los chicos son niños y no saben diferenciar lo que está crudo o en mal estado", mencionó Fernando, papá de un alumno de una escuela céntrica en un grupo de WhatsApp.
"Tendríamos que juntarnos las mamás, ponernos de acuerdo a la entrada para hablar el tema de la comida. Yo prefiero retirarla antes o directamente que no le den de comer. En varias oportunidades, lo mínimo que ha pasado es que no tiene buen aspecto, no se ve buena, es como que está hecha así nomás", opinó Catalina, mamá de una nena que cursa la primaria en una escuela del sur de la capital.
"Los nenes no tendrían que comer en la escuela, mi hijo no sabe diferenciar lo que está feo. Le dan la comida fría, no es rica. Prefiero que no reciba la comida. Hace poco le dieron una tarta con queso mozzarella, si vamos al caso es pura grasa. A veces la carne sabe estar un poco roja", mencionó Leticia, mamá de un alumno de un jardín de la ciudad.
Varios tutores opinan que los proveedores "no tienen experiencia" en el manejo de grandes cantidades de comida y creen que eso es perjudicial para los alimentos. "Tendrían que asesorarse con gente como los cocineros del Comedor Universitario, que saben cómo manipular los alimentos y cómo preparar mucha comida", dijo Héctor, papá de una niña que cursa la primaria en una escuela de la zona norte de la ciudad.
"La semana pasada, muchos padres avisaron, hasta la misma maestra de mi nene se negó a darle la comida porque estaba en mal estado. Y la vicedirectora salió a decir que era mentira, que ella misma comía con ellos. Desde el año pasado que no se puede comer esa comida, los guisos parecían vomitados. Ni un animal come así. Nos trató de mentirosos, de mugrientos", lamentó Vanina, una usuaria de redes sociales en referencia a los casos más recientes.
"Los niños deben comer en sus hogares. El Estado tiene que garantizar fuentes de trabajo para que los chicos coman en familia, en sus casas", mencionó Luz María en las redes. "Las escuelas son para impartir conocimientos, no para dar de comer", cuestionó Katy Ledesma.
Así, se multiplican las opiniones, que se unen en una misma línea: la desconfianza -de ahora en más- frente a la comida que le dan a los chicos. Lo cierto es que hay dos grandes visiones del tema: las madres y padres que quieren llevar la comida a sus casas (y así asegurarse de la calidad de las viandas) y aquellos que directamente quieren desistir del beneficio.
Una medida bajo la lupa
Para evitar "dolores de cabeza" frente a denuncias y quejas, diferentes escuelas y colegios, por recomendación de autoridades educativas, aplicaron una medida que ahora está bajo la lupa: los estudiantes solo pueden comer las viandas del PANE dentro de los establecimientos escolares. En distintas notas informativas orientadas a los familiares de las chicas y chicos, se ha dejado expreso que "si el almuerzo sale de la institución por una situación excepcional debe contar con el consentimiento escrito del padre o tutor en acta escolar".
Y al mismo tiempo, se ha trazado claramente que "una vez que el beneficio sale de la institución por una situación excepcional, ni la institución, ni el Ministerio de Educación, ni el proveedor, podrán hacerse cargo de las condiciones higiénicas y ambientales a las que sea sometido ese alimento".
Desde los casos de intoxicación, dicha disposición ha estado en la mira. "Los directivos dicen que la comida puede echarse a perder en camino a casa. Pero si fuera así, ningún delivery podría prestar su servicio. Para mí, es para tapar cuando ocurren casos de comida en mal estado", remarcó Marcos, papá de una alumna de la "Pancha Hernández".
Protesta
En lo que respecta a la "Pancha Hernández", madres y padres proyectan una marcha para este lunes, para reclamar por los últimos hechos y todo el devenir de denuncias. Por ahora, el panorama es muy crítico y hay gran enojo en la comunidad educativa. Sienten que no han sido escuchados y que les "tomaron el pelo" en más de una oportunidad. La salud de los chicos "es el límite", aseguraron.


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