Docentes y personal de apoyo del IFDC San Luis exigen una reparación salarial

El ajuste se siente en la mesa de los puntanos. Todos los sectores son víctimas del brutal embate de las políticas liberales que van en detrimento de los que menos tienen. Pero el sector de la educación es uno de los más vapuleados. Lejos de tener el reconocimiento de su entrega, son "cajoneados" en el olvido con salarios absolutamente licuados. En ese sentido, docentes y personal de apoyo del Instituto de Formación Docente Continua San Luis, exigen una recomposición en sus haberes. Están en estado de alerta.

"Queremos manifestar públicamente nuestro reclamo por una urgente reparación salarial para las y los docentes de nivel superior de gestión pública, quienes nos encontramos en clara desventaja frente a los institutos de nivel superior de gestión privada subvencionada e incluso frente al salario docente correspondiente al nivel medio", apuntaron en un comunicado.

Aseguraron que desde hace más de un año que concretan pedidos formales a las autoridades provinciales, pero no tienen respuestas. Mientras tanto, los bolsillos aprietan fuerte. Con sueldos de indigencia y de pobreza no se puede educar; bajo este contexto tampoco se puede aprender. 

Los profesionales piden que se reconozca la especificidad y el valor de su tarea. "La hora que desempeñamos es una hora reloj de 60 minutos y no una hora cátedra de 40 minutos como en otros niveles o instituciones de gestión privada. Además de nuestra labor frente a clase, se nos exige desarrollar tareas de capacitación, realizar investigación, y estar en constante actualización profesional, actualizaciones que son costeadas por nosotras y nosotros mismos", lamentaron.

En otro tramo, destacaron que ellos conforman el mismo plantel que sin recibir ningún pago adicional, ha sostenido históricamente el funcionamiento de sedes en distintas localidades de la provincia como La Toma y San Francisco y actualmente en Buena Esperanza y Tilisarao. Todas estas responsabilidades -aseguran- se asumen con compromiso pero sin reconocimiento económico ni estabilidad laboral, ya que tienen que atravesar procesos de reválida que condicionan la continuidad de sus cargos. 

Mientras tanto, sus sueldos no reflejan ni el tiempo ni el esfuerzo que invierten. Muy lejos de la equiparación con colegas de gestión privada o con los valores salariales del nivel medio, sus remuneraciones representan un 57% menos, pero sin las mismas obligaciones ni exigencias. "Esta situación es insostenible y profundamente injusta", repudiaron.

Ante todo este conflicto de precarización y desigualdad, exigen a las autoridades provinciales respuestas concretas y urgentes. "La educación superior pública solo es posible si se dignifican las condiciones de quienes la sostienen día a día. Formar formadores requiere condiciones justas. Sin justicia salarial no hay justicia educativa. No queremos privilegios, sino equidad", concluyeron.