Lahila Berardi
Coaching
Hablar para ganar
Hablar para ganar: la clave en el fútbol de equipo, desde el coaching deportivo, podemos decir que la calidad de la comunicación entre los jugadores, y entre el cuerpo técnico y estos, impacta directamente en la cohesión, la toma de decisiones y la efectividad dentro del campo de juego. En el fútbol, la comunicación no es un punto secundario: es un pilar estratégico para el funcionamiento y el rendimiento colectivo.
Durante un partido, muchas decisiones deben tomarse en segundos. La comunicación verbal y no verbal entre los jugadores permite coordinar movimientos, anticipar jugadas y adaptarse rápidamente a las dinámicas del juego. Un pase certero, una cobertura oportuna o una presión conjunta dependen no solo del entrenamiento técnico, sino también de cómo los jugadores se informan mutuamente, se alertan y se apoyan.
Un aspecto importante es la comunicación emocional entre compañeros, es clave para sostener el ánimo colectivo, reforzar la confianza y mantener la motivación, especialmente en momentos de adversidad. Un equipo que se habla, se escucha y se contiene, es un equipo que se fortalece.
El entrenador no solo transmite táctica: también comunica visión, valores y sentido. Su forma de expresarse, de dar instrucciones, de corregir o de reconocer, moldea el clima del equipo. Un liderazgo basado en la escucha, la claridad y la empatía potencia el compromiso de los jugadores, favorece el aprendizaje y reduce la resistencia ante los errores o los desafíos.
Desde el coaching deportivo, se promueve un estilo de comunicación que no es autoritario ni distante, sino cercano y asertivo. Un entrenador que pregunta, que valida opiniones, que transmite seguridad sin imponerse, genera un entorno donde los jugadores se sienten parte activa del proceso.
El rol del coaching deportivo: El coaching deportivo interviene como facilitador de estos procesos. A través de dinámicas de grupo, entrenamientos conversacionales y herramientas de comunicación efectiva, se trabaja para que los jugadores y entrenadores desarrollen habilidades como la escucha activa, el feedback constructivo, la expresión clara y el manejo de conflictos.
La comunicación efectiva no se improvisa: se entrena y cuando se convierte en una fortaleza del equipo, los resultados se notan tanto en la cancha como en la convivencia diaria porque un equipo que se comunica bien no solo juega mejor: también crece, aprende y se supera constantemente.
“UN EQUIPO QUE SE ENTIENDE GANA” saber decir, saber escuchar y saber interpretar marca la diferencia.


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