Cuatro sirios, un palestino y un tunecino, liberados por Estados Unidos de la cárcel de Guantánamo, llegaron en la madrugada del domingo a Uruguay, en calidad de refugiados tras más de diez meses de negociación entre los gobiernos de Barack Obama y José Mujica.
Según el Pentágono, tras el traslado quedarán 136 detenidos en la prisión, situada en una base estadounidense en la isla de Cuba y que Obama se comprometió a cerrar.
El arribo se concretó en medio de un estricto operativo de seguridad, que incluyó una veintena de vehículos, al llegar a suelo uruguayo los cinco refugiados fueron trasladados al Hospital militar de Montevideo y un sexto ingresado en un hospital público del centro de la ciudad debido a su débil estado de salud, informó la prensa local.
Entre ellos está el sirio Jihad Diyab, que se había declarado en huelga de hambre y acudió a la justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza.
"Vienen en carácter de refugiados y el primer día que se quieran ir se pueden ir", indicó Mujica a la televisión estatal uruguaya (TNU) el viernes desde Ecuador, añadiendo que "eso no es una cárcel, es un nido de secuestro".
El mandatario, que se encuentra en México para participar de la Cumbre Iberoamericana, afirmó que su país se negó a exigir que los ex reclusos se comprometieran a permanecer en el país sudamericano por dos años tras su salida de Guantánamo, como se había informado inicialmente.
"Estamos muy reconocidos con Uruguay por esta acción humanitaria y al presidente (José) Mujica por su rol determinante para dar asilo a estos individuos que no pueden ser enviados a sus propios países", señaló a la AFP Cliff Sloan, designado por Obama como su enviado especial para supervisar el cierre de la prisión.
AFP-NA
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